OTROS FIELES





Orígenes del jainismo

Originario del Subcontinente indio, el jainismo (o más apropiadamente el dharma jaina), fue fundado por el indio Majavirá (549-477 a. C., aunque varía según las fuentes).
No se conoce mucho acerca del origen del jainismo, aunque según sus seguidores es una de las religiones más antiguas del mundo, de orígenes prehistóricos anteriores al 3000 a. C., lo que contradice los registros arqueológicos.
En el Matsia-purana (24.47) ―del siglo III d. C.― aparece una mención al yina-dharma, la ‘religión de los yainas’.
El jainismo es único en el hecho de que durante su historia[cita requerida] nunca ha transigido en el concepto de la no violencia ni en el principio ni en la práctica. Sostiene que la no violencia es el principio supremo (ájimsa paramo-dharma) y ha insistido en su observancia en pensamiento, palabra y acción a nivel individual y social. El texto sagrado Tatua-artha-sutra lo resume con la frase «paras-para-upagrajo-yivanam» (‘unos a otros se sustentan las vidas’).

Deidades

Un Tirthankara se destaca de los 24 yinas (‘victoriosos’) principales, que vivieron en cada uno de los tres ava-sarpinís (períodos descendentes de larga duración), que están divididos en seis etapas: bueno-bueno, bueno, bueno-malo, malo-bueno, malo, malo-malo. Los avasarpinís alternan con los ut-sarpinís, largos períodos ascendentes, cuyas etapas comienzan por malo-malo y terminan con bueno-bueno.
El último Tirthankara que estuvo en la Tierra (en este último avasarpiní) fue Majavirá, el fundador del jainismo. Se cree que vivió en Bijar (India) poco tiempo antes de la época de Buda (siglo IV a. C.).
Los historiadores[cita requerida] creen que las menciones al jaina-dharma que aparecen en algunos Puranas (que fueron compuestos en los primeros siglos de la era común), demuestran que esos textos no son tan antiguos como pretenden los hinduistas (que dicen que provienen del III milenio a. C.).

Doctrina


Entrada al yaina mandir (templo jaina) de Ranakpur (Rayastán, India).
Los jainas tienen una cosmología y creencias elaboradas, atestadas de nombres, categorías, clases, jerarquías, grados, órdenes, entre otros.
  • Transteísmo: ellos creen que el mundo es eterno y carece de principio. No existe una divinidad personal, y todas las posibles divinidades ―las almas de los perfectos arjat (divinidades humanas), por ejemplo― no son emanación ni manifestación de ninguna divinidad apofática ni de ninguna Unidad (el Todo o Absoluto), conceptos y realidades que son igualmente negadas y rechazadas en el jainismo junto con la de un dios creador.
  • Ateísmo: El universo no ha sido creado por ningún Dios o ser supremo, es el resultado inexorable de las leyes de la naturaleza autoimpuesta. No hay ningún creador (kartā) del universo, legislador, gobernador o agente externo sobrenatural. En este sentido se habla de ateísmo jaina. Aunque se hace mención a ciertos seres (devas) muchos jainas son indiferentes a estos seres, la creencia en estas entidades no es necesaria: aparecen en la cosmología jaina solo para hacer referencia a la rueda de las reencarnaciones de los seres vivos.
  • Pananimismo: toda la realidad es vida. Para el jainismo el universo es una totalidad viviente; todo ser posee un alma, más o menos compleja, diáfana o pesada. Desde la tierra o el viento, a los insectos o los mamíferos, todos los seres reflejan el universo y son dignos de respeto. El mayor pecado para el jainismo es causar daño a un ser vivo, aunque también hay que evitar dañar a la tierra o a las almas del agua o del aire.
En coherencia con lo anterior, los jainas practican la no violencia, el ayuno y la mortificación del propio cuerpo. A través de estas actividades esperan descargar su alma del peso de la materia kármica y evitar posteriores reencarnaciones.
El jainismo presenta una perspectiva igualitaria de las almas, sin importar las diferencias en las forma física: humanos, animales, y organismos vivientes microscópicos. Los humanos son los únicos poseedores de los seis sentidos: vista, oído, gusto, olfato, tacto y pensamiento; por lo tanto de los humanos se espera que actúen con responsabilidad hacia toda la vida siendo compasivos, sin egoísmo, sin miedo, racionales y misericordiosos.
Desde el punto de vista epistemológico, el jainismo es relativista, defiende que el conocimiento del mundo solo puede ser aproximado y que, con el tiempo, incluso su propia religión acabará por desaparecer. Este principio ha sido aplicado por sabios y pensadores jainas y se conoce como anekantavada.
La comunidad jaina distingue entre monjes y seglares. Los monjes se someten a una disciplina ascética superior a la de los laicos, aunque no ejercen el monopolio de la religión. Viven en un yina-sadman (monasterio jaina). Un yina-rishí (asceta jaina) toma cuatro votos:
  • la no violencia
  • la sinceridad
  • la rectitud
  • la renuncia a las cosas y a las personas.

Nueve fundamentos

Según los jainas, las almas (atman o jiva) son intrínsecamente puras y poseen las cualidades del conocimiento infinito, la percepción infinita, felicidad infinita y energía infinita. En la experiencia contemporánea, sin embargo, estas cualidades se encuentran latentes pero obstruidas, debido a la asociación del alma con una sustancia que se llama karma a través de una eternidad de tiempo sin principio. Esta esclavitud del alma se explica en los textos jaina por analogía con el oro, que siempre se encuentra mezclado con impurezas en su estado natural. Del mismo modo, el estado ideal puro del alma siempre se ha sobrepuesto con las impurezas del karma A través de los siglos, los monjes jainas han desarrollado un corpus amplio y sofisticado de la literatura que describe la naturaleza del alma, diversos aspectos del funcionamiento del karma, y los medios para alcanzar la liberación final.
La doctrina jaina se basa en siete o nueve fundamentos que se conocen como tattva, que constituye un intento de explicar la naturaleza de la condición humana y para ofrecer soluciones a la misma:
1) yiva: es la esencia de las entidades vivientes (el alma) es una sustancia diferente del cuerpo que la alberga. Sus atributos fundamentales son la conciencia, el conocimiento y la percepción.
2) ajiva: son las entidades no vivas, que consisten en la materia, el espacio y el tiempo.
3) asrava: La interacción entre jīva y ajiva causa el influjo de un karma (una forma particular de ajiva) en el alma, al que esta se adhiere.
4) bandha: La esclavitud del karma de la yiva que restringe tener su verdadero potencial del conocimiento perfecto y la percepción.
5) samvara: A través de la conducta correcta, es posible detener la afluencia de karma adicional. Antes de practicar Nirjara
6) niryara: mediante la realización de la ascesis (tapas) y la meditación (bhavana), es posible destruir o quemar el karma existente; el niryara es de dos tipos:
  • savipaka (método pasivo): También conocido como akam o nirjara involuntario, ecuánime sumisión a los resultados del karma, e implica esperar con ecuanimidad la maduración normal del karma pasado, cuyos resultados ―sean estos buenos o malos― se experimentarán a su debido tiempo. No se recomienda ya que la aniquilación de los karmas que expiran no detienen la afluencia de nuevos karmas.
  • avipaka niryara (método activo): También conocido como sakam o nirjara intencional, que implica el esfuerzo individual de prácticas ascéticas, mediante la práctica de austeridades internas y externas, como penitencias (o tapas, que literalmente significa ‘calor’), a fin de acelerar el proceso de maduración del karma, así como la reducción de los efectos producidos. Este enfoque se recomienda ya que prepara y condiciona el alma hacia la liberación y le recuerda a estar alerta. Este tipo de práctica es el camino para aniquilar todos los karmas. Dependiendo de los karmas de cada individuo, normalmente es un proceso muy lento y extenso pero efectivo y lleva al Jiva a la liberación final (Moksha, Nirvanâ).
7) moksha: la yiva que ha retirado su karma se dice que es liberada y que tiene su calidad intrínseca y pura de conocimiento perfecto en su forma verdadera.
Algunos autores agregan dos categorías adicionales: los actos meritorios y demeritorios relacionados con el karma. Estos se llaman punia (‘mérito’) y pāpa (‘demérito’) respectivamente. El conocimiento de estos fundamentos es esencial para la liberación de la jiva. La jiva se convierte en un ser inmortal y perfecto, liberado de las miserias del samsara (la reencarnación).

Cosmología jaina

La cosmología jaina postula que el universo no fue creado por ningún Dios o ser supremo, ni nunca dejará de existir (creación y destrucción infinitos, universos sobre universos). Es independiente y autosuficiente, y no requiere ningún poder superior para gobernarlo. Los primeros jainas contemplan la naturaleza de la tierra y el universo y se desarrollaron hipótesis detalladas sobre diversos aspectos de la astronomía y la cosmología. Según los textos jaina, el universo se divide en tres partes, los mundos superiores, media e inferior, denominados respectivamente urdhva loka, Madhya loka y adho loka Se compone de seis componentes: Jīva, la entidad viviente; pudgala, la materia; Dharma tattva, la sustancia responsable de la circulación; Adharma tattva, la sustancia responsable de descanso; Akasa, el espacio, y Kala, el tiempo. El tiempo es sin principio y eterno, la rueda cósmica de tiempo, llamado Kalachakra gira sin cesar. Se divide en mitades, llamadas Utsarpini y Avasarpini. Utsarpini es un período de prosperidad progresiva, donde los aumentos de felicidad, mientras que avsarpiṇī es un período de aumento de la tristeza y la inmoralidad. El jainismo "ve animales y la vida misma en una luz completamente diferente, lo que refleja un análisis científico de Asia indígena que da una definición diferente del alma, la persona humana, la estructura del cosmos, y la ética". Existen cuatro destinos para las jivas al reencarnar, que a su vez se dividen estados o jerarquías superiores e inferiores: seres avanzados (devas), humanos, animales e infiernos (inframundo).

Atomismo jaina

La hipótesis india sobre el atomismo más elaborada se conserva en las doctrinas de la religión jaina, que se remonta a por lo menos el siglo VI a. C. Algunos de los textos jainas que se refieren a la materia y los átomos son el Pañcha-astikaia-sara, el Kalpa-sutra, el Tattuá-artha-sutra y el Pannavana-sutta. Los jainas contemplan el mundo como un conjunto completo de los átomos, a excepción de las almas. Paramāņus o átomos fueron considerados como los elementos básicos de toda la materia. Su concepto de átomos era muy similar al atomismo clásico, que difieren principalmente en las propiedades específicas de los átomos. De acuerdo con las doctrinas jainas, cada átomo tiene un tipo de gusto, un olor, un color, y dos tipos de toque (aunque no está claro qué se entiende por "tipo de contacto").
La materia puede existir en uno de dos estados:
  • átomos sutiles (paramanu), que pueden encajar en espacios pequeños, y
  • átomos (anu), que tienen extensión y ocupan un espacio finito.

Se describe que los objetos blandos y duros están hechos de partículas blandas (snigdha ‘blando, suave, viscoso, grasoso, pegajoso, aceitoso, agradable’) y partículas duras (ruksa: ‘duro, no grasiento, no aceitoso, cruel’).

Tres doctrinas jainas de la relatividad

  • Syādvāda: doctrina de la predicación condicionada y;
  • Nayavāda: teoría de puntos de vista parciales.
  • Anekāntavāda es una de las tres doctrinas jainas de la relatividad utilizadas para la lógica y el razonamiento.
Estos conceptos filosóficos jainas hicieron importantes contribuciones a la antigua filosofía india, especialmente en las áreas del escepticismo y la relatividad.

Syādvāda

Syādvāda es la teoría de la predicación condicionada, que proporciona una expresión a anekānta recomendando que el epíteto Syād preceda toda frase o expresión. Syādvāda no es solo una extensión del anekānta ontología, sino un sistema independiente de lógica capaz de mantenerse por sí mismo. La raíz etimológica en sánscrito para el término syād es "tal vez" o "puede", pero en el contexto de syādvāda, significa "de alguna manera" o "desde un punto de vista". Puesto que la realidad es compleja, ninguna proposición puede de manera individual expresar la naturaleza de la realidad de manera completa. Así el término "syāt" debería preceder cada proposición, dándole un punto de vista condicional y eliminando por tanto cualquier dogmatismo en la afirmación. Puesto que afirma que cada enunciado es expresado de siete maneras condicionales o relativas distintas, syādvāda es conocido como saptibhaṅgīnāya o la teoría de las siete predicaciones condicionadas. Estas siete propuestas, también conocidas como saptibhaṅgī, son:
  • syād-asti: ‘de alguna manera, existe
  • syād-nāsti: ‘de alguna manera, no existe
  • syād-asti-nāsti: ‘de alguna manera, existe y no existe
  • syād-avaktavyaḥ: ‘de alguna manera, no es descriptible.
  • syād-asti-avaktavyaḥ: ‘de alguna manera, existe y no es descriptible
  • syād-nāsti-avaktavyaḥ: ‘de alguna manera, no existe y no es descriptible
  • syād-asti-nāsti-avaktavyaḥ: ‘de alguna manera, existe, no existe y no es descriptible
Cada una de estos siete enunciados examina la complejidad y la naturaleza multifacética de la realidad desde un punto de vista relativo de tiempo, espacio, substancia y modo. Ignorar la complejidad de la realidad es cometer la falacia del dogmatismo.

Nayavāda

El naiavada se trata de la teoría de los puntos de vista parciales. Nayavāda se compone de dos palabras en sánscrito: naya (‘punto de vista parcial’) y vāda (‘opinión’). Se utiliza para llegar a una cierta inferencia desde un punto de vista. Un objeto tiene infinitos aspectos en él, pero en la práctica cuando se describe un objeto, se habla solo de los aspectos relevantes y se ignoran los irrelevantes. Esto no niega el resto de atributos, cualidades, modos y otros aspectos: simplemente son irrelevantes desde una perspectiva particular. Autores como Natubhai Shah explican nayavāda de la siguiente manera: cuando hablamos de un automóvil azul estamos simplemente considerando el color del automóvil. Sin embargo, nuestra afirmación no implica que el automóvil esté desprovisto de otros atributos como marca, modelo, motor, velocidad, precio y similares. Este punto de vista particular se llama naya o punto de vista parcial. Como tipo de filosofía critica que es, nayavāda sostiene que todas las controversias filosóficas surgen de la confusión de los puntos de vista y los puntos de vista que adoptamos son, aunque puede que no nos demos cuenta, "el resultado de los propósitos que perseguimos". Mientras nosotros trabajamos con las limitaciones del lenguaje y vemos la naturaleza compleja de la realidad, Majavirá utilizó el lenguaje de nayas. Nayas, siendo una expresión parcial de verdad, nos permite comprender la realidad por partes.

Anekantavada

La doctrina anekantavada es una de las ideas fundamentales del jainismo. Hace referencia a los principios del pluralismo y la variedad de puntos de vista, la noción de que la verdad y la realidad son percibidos de manera distinta desde puntos de vista diversos y no un único punto de vista con la verdad absoluta.
  • anekāntavāda, en el sistema AITS (alfabeto internacional para la transliteración del sánscrito).
  • अनेकान्तवाद, en escritura devanagari del sánscrito. Pronunciación: /anekánta váda/.
  • Etimología: escepticismo, ‘creencia en que no hay un solo fin’, siendo an: partícula negativa; eka: ‘uno’; anta: ‘final, objetivo’; y vāda: ‘discurso (doctrina)’.
El anekantavada se opone a los intentos de proclamar la verdad absoluta con adhgajanyāyah, lo que puede verse a través de la parábola de "los ciegos y el elefante". En esta historia cada hombre palpó una parte del elefante (rodilla, oreja, barriga, trompa, etc). Todos los hombres aclamaban comprender y conocer la apariencia real del elefante, pero sólo podían tener éxito de manera parcial debido a sus perspectivas limitadas. Se puede llevar a cabo una aproximación más formal de este principio observando que los objetos son infinitos en cuanto a cualidades y formas de existencia, por lo que no pueden ser completamente comprendidos en todos sus aspectos y manifestaciones por la finita percepción humana. De acuerdo con el jainismo, sólo los kevalins (los seres omniscientes) pueden comprender los objetos en todos sus aspectos y manifestaciones. El resto solo son capaces de adquirir un conocimiento parcial. En consecuencia, ninguna visión del ser humano como individuo puede proclamar poseer la verdad absoluta.
Los orígenes del anekāntavāda se remontan a las enseñanzas de Majavirá (599-527 a. C.), el fundador del jainismo. El indólogo alemán Hermann Jacobi cree que Majavirá empleó la dialéctica del anekāntavāda para refutar el agnosticismo de Sanyaia Belathaputta. Dialécticamente, los conceptos de syādvāda (puntos de vista condicionados) y nayavāda (puntos de vista parciales) provienen de anekāntavāda, otorgándole una estructura lógica y una expresión más detallada. En idioma sánscrito an-eka-anta-vāda significa literalmente "doctrina de la no exclusividad"; y se traduce como "escepticismo" o "no-absolutismo". An-ekānta "incertidumbre, no exclusividad" es lo opuesto a ekānta (eka+anta) "exclusividad, absolutidad, necesidad" (o también "doctrina monoteista").
El anekāntavāda anima a sus fieles a considerar el punto de vista y las creencias de sus rivales y oponentes. Los seguidores del anekāntavāda aplican este principio a la religión y la filosofía, recordándose a sí mismos que cualquier religión o doctrina ―incluyendo al yainismo― que se aferre dogmáticamente a sus principios, está cometiendo un error basado en su punto de vista limitado.

Código de conducta jaina


Los catorce sueños propicios de la madre de Yina (página de un kalpa sutra o ‘libro de rituales’ dispersado; ca. 1465).
Los yina-kalpa son las ordenanzas practicadas por los yinas (opuestas a aquellas de los sthaviras). Consiste en cinco votos:
  • ajimsá (no violencia).
  • satiá (veracidad).
  • asteia (no robar),
  • brahmacharia (castidad) y
  • aparigraja (desapego de lo material).
El jainismo pone mucha atención en el aparigraja, el desapego de las cosas materiales a través del control de uno mismo, la penitencia, la abstención del goce de los sentidos, la limitación voluntaria de las necesidades y la disminución de la agresividad.

No violencia

La compasión por toda vida, ya sea humana o no humana, es central en el jainismo. La vida humana se valora como una oportunidad única y rara para alcanzar la iluminación. Matar a una persona, independientemente del crimen que haya cometido, es considerado por el jainismo como algo extremadamente horrendo. En esta misma línea, el jainismo requiere tanto de laicos como de monjes de todas sus sectas y corrientes la práctica del vegetarianismo.
En algunas regiones indias como el Rajastán o Karnataka la influencia de los jainas ha sido tan fuerte que la mayoría de los hindúes de la zona se han convertido también en vegetarianos.[15]

Vegetarianismo

El vegetarianismo es un modo de vida para un jaina, teniendo su origen en el concepto de yivá-daia (‘compasión hacia las vida) y el ajimsa (no violencia). La práctica del vegetarianismo es vista como un instrumento para la práctica de la no violencia y la coexistencia pacífica y cooperativa.
Los jainistas no son veganos. El uso de productos lácteos está permitido siempre que sean obtenidos y preparados según las normas dictadas. Antes de ordeñar una vaca, se debe permitir a los jóvenes terneros, si los hay, mamar hasta un tercio de la producción esperada.[16] Consumen solamente seres sin sentidos (sin sistema nervioso), principalmente del reino vegetal. Si bien la dieta jaina implica el aniquilamiento de cosas sin mente como son las plantas, esto se ve como la forma de sobrevivir que causa el mínimo de violencia hacia los seres vivos. Algunas formas de los vegetales, como las frutas, son mejor vistas por el jainismo por comportar simplemente la extracción de una parte de la planta y no su destrucción total como ocurre si se comen raíces o brotes.

Monacato jaina


Acharya Vidyasagar, monje dig-ambara (‘vestido con las direcciones’ [norte, sur, este y oeste], desnudo).
En el jainismo suele emplearse el término yain muni (en sánscrito: जैन मुनि) o muni para referirse tanto a los monjes como a las monjas.[17] Se les suele llamar sadhus y sadhuís, respectivamente en la tradición de la secta svetambara.
Las dos corrientes principales dentro del jainismo (Digambara y Svetambara) muestran ciertas difirencias en los hábitos monacales. Los monjes Digambara no visten ropas en absoluto como forma de practicar el rechazo a los apegos. Los monjes y monjas Svetambara llevan ropas blancas pues consideran que deben llevarse ropas sencillas y anchas mientras no desarrollen un apego por ellas. Los monjes y monjas jainas viajan a pie y rechazan incluso el transporte sanitario.
Como se prescirbe en textos antiguos como el Acharanga, las condiciones del monacato son bastante estrictas y surgen de las enseñanazas de Majavirá. Los cinco majá-vratas son los cinco votos principales que deben observar los monjes jainas
  1. No violencia (ahimsa).
  2. Verdad (satiá).
  3. No robar (asteia).
  4. Castidad (brahmacharia).
  5. No posesión, o desapego (aparigraja).
Para los jainas laicos que pueden casarse y poseer propiedades existe un equivalente de cinco votos llamados anu-vratas (pequeñas promesas). El monacato entre los jainas lleva aprejada una vida mendicante y nómada que solo se detiene por razones como la edad, una enfermedad o algún interés erudito.[18]

Meditación


Monje jaina en meditación.
La meditación jaina pretende llevar el alma a un estado de completa libertad de las ataduras.[19]
Los textos jainas ofrecen una guía detallada sobre técnicas de meditación para alcanzar un conocimiento y conciencia plenos. Las técnicas de meditación jaina están diseñadas para ayudar al que las practique a permanecer apartado de los apegos y los odios y así conseguir una liberación de las ataduras del karma mediante la percepción correcta, el conocimiento correcto y la conducta correcta.[20] Estos tres puntos se conocen como ratna-traia (‘las tres gemas’ del jainismo), y son imprescindibles para lograr que el alma se eleve.[21]

Karma

El concepto de karma en el jainismo trasmite un significado totalmente diferente al que suele entenderse en la religión hinduista y en la civilización occidental.[22] No se trata de una fuerza inaccesible que controla el destino de los seres vivos de forma inexplicable. No se refiere simplemente a ‘acto’, ‘trabajo’ ni tampoco una fuerza mística invisible (adrista) sino más bien un material delicado, imperceptible para los sentidos que interactúa con el alma con una calidad e intensidad proporcional a las acciones, pensamientos realizados y las palabras dichas que se hayan guiado por aversiones y apegos causando nuevas ataduras.
El karma en el jainismo es algo material (karma-paudgalam) que produce ciertas condiciones como una medicina tiene múltiples efectos.[23] Los efectos del karma que se contemplan en el jainismo son más un conjunto de leyes físicas que de leyes morales.
Los karmas se agrupan en «karmas dañinos», que obstruyen la verdadera naturaleza del alma y «karmas no destructivos». A causa de que existen karmas dañinos, el alma está encerrada en un cuerpo y deberá experimentar dolor y sufrimiento de maneras diferentes. El jainismo realiza una extensa clasificación sobre los tipos de karma a partir de estas dos categorías principales. Para los jainas, las personas que matan seres vivos generan muy mal karma, y más aún cuando lo hacen por diversión y placer (hartā): tendrán que reencarnar en lugares de tormento durante kalpas (eones), como animales o incluso insectos.
La liturgia jaina explica la forma de contener la influencia del karma así como librarse de los karmas acumulados.

Moksha

En el jainismo el moksha es lo mismo que el nirvana.[24] [25] Cuando un alma alcanza el moksha se libera del ciclo de nacimientos y muertes (samsara) consiguiendo su máxima pureza. Entonces se convierte en siddha, literalmente ‘aquel que ha conseguido su objetivo último’.


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