Una lectura musulmana del testamento espiritual de Christian de Chergé
por Soufiane Zitouni[i]
- Miércoles, 08 de septiembre 2010
El testamento espiritual de Christian
de Chergé :
Si me sucediera un día --y
ese día podría ser hoy --ser víctima del terrorismo que parece querer abarcar
en este momento a todos los extranjeros que viven en Argelia,
yo quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia, recuerden que mi vida estaba ENTREGADA a Dios y a este país. Que acepten que el Dueño Único de toda vida no podría permanecer ajeno a esta partida brutal.
yo quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia, recuerden que mi vida estaba ENTREGADA a Dios y a este país. Que acepten que el Dueño Único de toda vida no podría permanecer ajeno a esta partida brutal.
Que recen por mí. ¿Cómo
podría yo ser hallado digno de tal ofrenda?
Que sepan asociar esta muerte a tantas otras tan violentas y abandonadas en la indiferencia del anonimato. Mi vida no tiene más valor que otra vida.
Tampoco tiene menos. En todo caso, no tiene la inocencia de la infancia.
He vivido bastante como para saberme cómplice del mal que parece, desgraciadamente, prevalecer en el mundo, inclusive del que podría golpearme ciegamente.
Que sepan asociar esta muerte a tantas otras tan violentas y abandonadas en la indiferencia del anonimato. Mi vida no tiene más valor que otra vida.
Tampoco tiene menos. En todo caso, no tiene la inocencia de la infancia.
He vivido bastante como para saberme cómplice del mal que parece, desgraciadamente, prevalecer en el mundo, inclusive del que podría golpearme ciegamente.
Desearía, llegado el momento, tener ese instante de lucidez que me permita pedir el perdón de Dios y el de mis hermanos los hombres, y perdonar, al mismo tiempo, de todo corazón, a quien me hubiera herido. Yo no podría desear una muerte semejante. Me parece importante proclamarlo. En efecto, no veo cómo podría alegrarme que este pueblo al que yo amo sea acusado, sin distinción, de mi asesinato.
Sería pagar muy caro lo que se llamará, quizás, la "gracia del martirio" debérsela a un argelino, quienquiera que sea, sobre todo si él dice actuar en fidelidad a lo que él cree ser el Islam. Conozco el desprecio con que se ha podido rodear a los argelinos tomados globalmente. Conozco también las caricaturas del Islam fomentadas por un cierto islamismo. Es demasiado fácil creerse con la conciencia tranquila
identificando este camino religioso con los integrismos de sus extremistas.
Argelia y el Islam, para mí son otra cosa, es un cuerpo y un alma. Lo he proclamado bastante, creo, conociendo bien todo lo que de ellos he recibido, encontrando muy a menudo en ellos el hilo conductor del Evangelio que aprendí sobre las rodillas de mi madre, mi primerísima Iglesia, precisamente en Argelia y, ya desde entonces, en el respeto de los creyentes musulmanes. Mi muerte, evidentemente, parecerá dar la razón a los que me han tratado, a la ligera, de ingenuo o de idealista: "¡qué diga ahora lo que piensa de esto!"
Pero estos tienen que saber que por fin será liberada mi más punzante curiosidad. Entonces podré, si Dios así lo quiere, hundir mi mirada en la del Padre para contemplar con El a Sus hijos del Islam tal como El los ve, enteramente iluminados por la gloria de Cristo, frutos de Su Pasión, inundados por el Don del Espíritu, cuyo gozo secreto será siempre, el de establecer la comunión y restablecer la semejanza, jugando con las diferencias. Por esta vida perdida, totalmente mía y totalmente de ellos, doy gracias a Dios que parece haberla querido enteramente para este GOZO, contra y a pesar de todo. En este GRACIAS en el que está todo dicho, de ahora en más, sobre mi vida, yo os incluyo, por supuesto, amigos de ayer y de hoy,
y a vosotros, amigos de aquí, junto a mi madre y mi padre, mis hermanas y hermanos y los suyos, ¡el céntuplo concedido, como fue prometido!
Y a ti también, amigo del último instante, que no habrás sabido lo que hacías. Sí, para ti también quiero este GRACIAS, y este "A-DIOS" en cuyo rostro te contemplo. Y que nos sea concedido reencontrarnos como ladrones felices en el paraíso, si así lo quiere Dios, Padre nuestro, tuyo y mío.
¡AMEN! IN SHA ALLAH!
Padre Christian de
Chergé
Argel, 1 de diciembre de 1993
Tibhirine, 1 de enero de 1994
Tibhirine, 1 de enero de 1994
abierto
el domingo de Pentecostés, 25 de mayo de 1996
Lo
que sorprende desde el principio con el testamento espiritual de Christian de Chergé
es su título: " Cuando un A- DIOS se vislumbra. Creo percibir un primer
mensaje en ese título, que me habla de un Dios sin rostro... Sí, me refiero a
que en la frase " Cuando una A DIOS se vislumbra, tan sorprendente como
pueda parecer. Pero ¿qué significa este " Dios sin rostro " en el
título de Testamento espiritual de Christian de Chergé? Como veremos más adelante,
se trata para él de ver a sus hermanos musulmanes con "la mirada del
Padre" hacia el final del texto... Pero al principio de su testamento, él
ve su partida del mundo de los vivos, es como a través de un velo, pero todavía
no con la mirada del Padre, él está en
la angustia humana, natural: frente a un Dios sin rostro.
Christian de Chergé entrevé pues la
posibilidad de «ser víctima del terrorismo» en el periodo de los años 93-94 tan
terribles para el pueblo argelino en el seno del cual vivió su infancia y donde
vivía desde hacía más de 20 años. Él siente que este final dramático es probablemente
posible. Vió entonces la finitud humana con la clarividencia, de que está más cerca
que nunca del misterio de la encarnación. Pero antes de irse, si hay que irse,
quiere transmitir un mensaje al mundo, un mensaje importante para el futuro, un
mensaje de vida, un mensaje de paz.
Su vida en Argelia ha sido
marcada, fecundada especialmente por un « ribat el salam », un «vínculo
de paz » vivido con sufís de Médéa de la Tariqa Alawiyya (en forma de reuniones
regulares) (1), pero de manera más general, por sus numerosos y habituales
encuentros con musulmánes argelinos. Christian de Chergé era lector del Coran, del
que con frecuencia citaba suras en sus homilías, y llegó hasta a reconocer que
el mensaje coránico es palabra de Dios dirigida a los hombres (2), lo que ciertamente
no es el caso de muchos cristianos, por no decir de la mayoría, incluso de muchos que son adeptos al famoso diálogo
interreligioso...
En aquel momento hay algo que él
no quisiera por encima de todo, por encima de su propia muerte, y es que LOS
SUYOS, su comunidad, su Iglesia, su familia, acusasen al Islam y a los
musulmánes de su muerte. La primera frase de su Testamento espiritual es inequívoca,
tiene el corte del compromiso sin ambigüedad, la firmeza de la decisión
responsable y madurada: « mi vida estaba ENTREGADA a
Dios y a este país. ». ¡Eso está claro! Un verdadero
don, sin vacilación, sin titubeos, sin regateo: ¡Christian entrega su vida al
Dios y a Argelia! Hay que recordar que en 1960, un guarda rural llamado Muhammed
(¡todo un símbolo!) fue asesinado por los muyahidines para salvar la vida de su
amigo cristiano, que era oficial en el ejército francés en Argelia (3 )
Una vida sacrificada por una vida
salvada, lo que me hace pensar en este dicho evangélico: "porque el que
quiera salvar su vida la perderá y quien pierda su vida por mí y por el Evangelio,
la salvará" (Evangelio según San Marcos, 8,35) . ¿Es posible entonces que a
un musulmán que lleva el nombre del Profeta del Islam se le apliquen a la letra
estas palabras de de Cristo? Sin duda, que para el joven oficial Christian de Chergé,
si fue el caso. ¿El sacrificio del guardia rural Muhammad fue fundamental? ¿El joven Christian de Chergé comprendió en este momento que Cristo no
pertenecía a ninguna confesión particular y que su Verbo vivo puede también
animar a un musulmán?
Es probable… Muchos años después de este suceso traumático
, Christian también está dispuesto a dar su vida al Otro: a Dios y a Argelia.
El orden no es, evidentemente anodino: dar su vida a Dios antes que a nada, es
válido para cualquier creyente sincero, y dar su vida a Argelia es específico de
Christian Chergé, en su determinación particular. Él afirma en esta primera frase
de su Testamento espiritual su fe en Argelia, indisociable de su fe en el Dios.
Él tiene fe en el Otro y en su Otro terrestre del momento que es su anfitrión,
el pueblo argelino, la tierra de Argelia y el Islam, un cuerpo y un alma, como
dirá más adelante en el texto. Entonces él no quiere que los SUYOS lo quieran con
este OTRO al cual se consagró: él ya pertenece a los suyos, y esto me recuerda
otro discurso del Evangelio: " Si amáis a los que os aman , ¿qué mérito
tiene? Porque también los pecadores aman a aquellos que los aman. (Evangelio de
San Lucas 6,27 y 6,32). ¡Christian no les pide finalmente a los suyos más que
vivir plenamente la palabra de Cristo!
La segunda frase del Testamento
es muy significativa. Cito: «Que acepten que el Dueño
Único de toda vida no podría permanecer ajeno a esta partida brutal». Como musulmán, puedo dejar de ser receptivo a este discurso de una gran
precisión. Podríamos decir que resume la Unicidad divina en la cual cree
normalmente todo musulmán. El gran místico sufí que fue el Emir Abdelkader
afirma en su "Kitab el Mawaqif“ (« El Libro de las Etapas »): "Nada
es extraño a Alá en el universo , si no, de modo relativo”.
El Emir expresa así la quintaesencia de la doctrina de la Unicidad, Tawhid.
Sí hay malos y buenos en el mundo humano, de ahí la necesidad de la Ley, de la
Sharia. Pero desde "el punto de vista" divino, nada no es
absolutamente malo. Allah dice en el Corán: « Mi Misericordia abarca todas las
cosas » (sura de Las Murallas, 7.156). Y un hadith Qudsi (hadith sagrado y
auténtico) atribuye estas palabras a Allah: « Mi misericordia es más grande que
Mi ira» o según otra versión « Mi misericordia precede a Mi ira».
Hay otra sura del Corán que puede
ayudarnos a entender este discurso de Christian de Chergé, es la Sura 18, titulada " La Caverna
", que narra la historia de los Siete Durmientes de Éfeso, siete como los
siete monjes mártires de Tibhirine… pero también una historia fabulosa y rica
en simbolismo: el encuentro entre el profeta Moisés y una figura misteriosa que
la tradición musulmana llamada El Khadir, lo que significa El Verde o El
Verdoso. Esta historia simbólica nos cuenta que Moisés, encarnando sin duda al profeta de la Ley, quiere ser iniciado en una ciencia divina que sólo
El Khadir puede enseñarle.
Pero éste advierte a Moisés que probablemente
él no tendrá bastante paciencia para comprender esta ciencia que busca. Moisés le
promete que será paciente. El Khadir entonces está de acuerdo en dirigirlo,
pero pronto su discípulo se indigna por las acciones de su maestro, que hunde
una barca de pescadores, mata a un joven y daña a un pueblo que se ha negado a acogerlos... El Khadir interrumpe entonces la
iniciación de Moisés, pero antes de dejarlo, le revela el secreto de su
comportamiento que era injusto sólo en apariencia.
Releamos ahora esta frase de Christian de Chergé a la luz de esta historia coránica:
«Que acepten que el Dueño
Único de toda vida no podría permanecer ajeno a esta partida brutal».. ¿Podríamos entonces
decir que este monje cristiano tuvo la paciencia exigida por El Khadir que Moisés
no tuvo? El lugar del encuentro con El Khadir el Verdoso es la confluencia de dos
mares, barzakh, que es el "lugar" en cierto modo de la conjunción de
todos los opuestos. La Sura 18 nos dice también que en este lugar, un pez
reencontró su origen, como si este barzakh fuera el origen de la vida misma …
Al igual que Moisés, podemos hacer frente a los
juicios negativos, percibir la injusticia de lo que nos parece un
disparate, e incluso en nuestra desesperación
hasta podemos llegar a acusar a Dios de esta injusticia aparente, incluso
renegar de Dios, olvidar a Dios « que ellos acepten que el Dueño Único de toda
vida no podría permanecer ajeno a esta partida brutal. » Christian de Chergé
parece al contrario aceptar el sin sentido aparente de su muerte brutal que
presiente, sin duda debido a que se abandona totalmente a la voluntad de Dios,
porque él tiene fe en la misericordia divina necesariamente superior al absurdo
aparente del mundo.
En la tradición sufí, esta serena
confianza en Dios se llama tawakkul, que puede traducirse como abandono total a
Dios , confianza absoluta en Dios . Pero no hablemos de valentía a propósito
del Tawakkul de Christian, y mucho menos ingenuidad, como señala más adelante
en el texto: " Mi
muerte, evidentemente, parecerá dar la razón a los que me han tratado, a la
ligera, de ingenuo o de idealista: "¡qué diga ahora lo que piensa de
esto!". Tawakkul, la entrega confiada al Dios, no es ni valiente, niingenuo: es
confianza es fe alimentadas del Verbo de Dios mismo. Un árbol sano no
es ni valiente ni ingenuo, es !Escuchemos lo que nos dice el Corán en la Sura
de Abraham , de este árbol sano :
14.24. ¿Ves con lo que compara el
Señor, por ejemplo, la buena palabra? Es un hermoso árbol cuyas raíces se asientan
firmemente en el suelo y cuyas ramas se elevan hacia el cielo,
14.25. Produciendo, por la gracia
de su Señor, el fruto en todo tiempo. Dios les propone así parábolas a los
hombres para hacerlos pensar.
14.26. En cambio, una mala palabra
es como un árbol malo que crece a ras del suelo , sin tener nunca un fuerte
arraigo .
Christian de Chergé es portador
de tal discurso vivo y fecundo, y digo eso a propósito…
“Que recen por mí. ¿Cómo podría yo ser hallado digno de tal ofrenda?" ¡Argumento sorprendente! Pero, coherente con el espíritu de Christian,
como lo confirma lo que afirma después. No quiere aparecer como un candidato al
martirio, no es su deseo , sería un deseo egoísta que no tiene nada que ver con
su vida , su experiencia , su anhelo . No quiere parecer como un ser extraordinario, alguien más valiente
o más fuertes que otros. Piensa en todas las víctimas de la violencia de los
hombres muertos en el anonimato. Christian quiere a ser visto como un ser humano común, cuya vida no tiene
ni más ni menos valor que la cualquier otro ser humano.
Pero después de haber hecho esta aclaración,
él prosigue con otra afirmación que tiene un fondo espiritual considerable: su
vida, dice él, « no tiene la inocencia de la infancia ». Y añade: «He
vivido bastante como para saberme cómplice del mal que parece, desgraciadamente, prevalecer en el mundo,
inclusive del que podría golpearme ciegamente.» En este momento del texto, no puedo evitar
pensar en esta frase de Dostoïevski en Los Hermanos Karamazov: « Todos somos culpables
de todo y de todos, y yo más que otros. » Sí, el Testamento espiritual de
Christian de Chergé tiene acentos dostoïevskianos, hasta en el perdón concedido
y anticipado a su posible asesino. Pero este Testamento tiene, sobre todo, un
acento cristiano …
Christian reafirma luego que no desea morir, que no desea acabar su vida como
mártir, sobre todo si debe este "martirio" a un musulmán que cree
actuar conforme al Islam, porque no quiere que el Islam en su conjunto sea
estigmatizado a causa de su muerte. Él que ha tratado con tantos musulmanes en
Argelia, a quienes no hay que calificar sobre todo de "moderados"
como se hace hoy en día, sabe propiamente que la violencia que ensangrienta su
país de adopción no es dictada por el Islam mismo, sino generada por demasiados
años de frustraciones, de humillaciones, de miserias, de sufrimientos del
pueblo argelino, que no acepta ya que un país tan rico como el suyo no llegue a
sostener sus necesidades más elementales… « Conozco el desprecio con que se ha
podido rodear a los argelinos tomados globalmente », aquí Christian no precisa
quién desprecia a los argelinos… pensamos obviamente en la Francia
colonizadora, pero ¿por qué no también en el mismo poder político argelino? ¡Un
pueblo despreciado tiene razones objetivas para rebelarse y el pueblo argelino
es un pueblo muy orgulloso!
Y luego viene esta frase magnífica: « Argelia y el Islam, para mí, son otra
cosa, es un cuerpo y un alma. » En este momento del texto, Christian pone el
dedo sobre algo completamente fundamental: el patrimonio espiritual de Argelia.
En el 2009, la Tariqa Alawiyya cuyo líder espiritual es el Cheikh (Jeque)
Khaled Bentounès y que su zaouïa madre se encuentra en Mostaganem, en el Oeste
argelino, celebró a su Centenario. En esta ocasión, el Cheikh Bentounès lanzó sobre los caminos del vasto territorio
de Argelia una « caravana de la esperanza” con el fin de promover, de presentar,
de hacer descubrir o redescubrir el rico patrimonio espiritual de Argelia celosamente
preservado durante siglos en muchas de zaouïas.
Esta « caravana de la esperanza » no tenía un fin proselitista, sino que pretendía
animar o reanimar esta alma viva de Argelia de la que habla precisamente
Christian de Chergé. El « Ribat al salam » evocado más arriba fue un vínculo de
paz entre los monjes cristianos de Tibhirine y
los fuqaras (discípulos) de la Tariqa Alawiyya de Médéa y « la caravana
de la esperanza » pasó justamente por Tibhirine en junio de 2009 por iniciativa de estos discípulos alawi para
rendir homenaje a los monjes mártires, en presencia de cristianos de Argelia,
del Arzobispo d' Alger y del embajador de Francia en Argelia. ¡Christian de
Chergé comprendió bien el papel fundamental de la espiritualidad musulmana en
Argelia, porque en efecto, ¡un cuerpo sin alma es un cadáver! Pero también, ¿qué
es un alma sin cuerpo?
El cuerpo, es Argelia, y es en cierto modo un cuerpo maternal para
Christian. Después de haber afirmado que Argelia y el Islam son un cuerpo y un
alma, él añade: « Lo he proclamado bastante, creo, conociendo bien todo lo que
de ellos he recibido, encontrando muy a menudo en ellos el hilo conductor del
Evangelio que aprendí sobre a las
rodillas de mi madre, mi primerísima Iglesia, precisamente en Argelia y, ya desde
entonces, en el respeto de los creyentes musulmanes. » Aquí se mezclan las
imágenes de una Argelia maternal, de una madre que le enseña el Evangelio con
amor sobre sus rodillas y de una madre espiritual que es la Iglesia. ¡Bella
Trinidad! No creo que esto sea una coincidencia el que Christian recalque así
el aspecto maternal de su experiencia espiritual en Argelia.
En la tradición musulmana, la
matriz es fundamental: la fórmula para iniciar cualquier acción y toda recitación
del Corán es: " Bismillah el Rahman el Rahim”, traducido generalmente por
“en el nombre de Dios, el Compasivo, el
Misericordioso". Pero las palabras
" Rahman " y " Rahim ", que son ambas nombres de Alá, los
más citados entre sus 99 Nombres, evocan también la dimensión matricial de
Dios, su dimensión maternal. La tradición sufí dice que Allah ama a sus servidores como una madre. Un hadiz
relata la siguiente historia: Un día en que el Profeta Muhammed se encontraba con
sus compañeros vieron a un niño en el borde de un precipicio a punto de caer, cuando
de repente apareció su madre que le salvó in extremis . El Profeta preguntó entonces
a sus compañeros: "¿Acaso hay alguien que puede amar a este niño más de su
madre?” Los compañeros respondieron: "no." " Pues sí, añade el Profeta,
Allah ama a ese niño más que su propia madre!".
Vayamos ahora a esta confesión de Christian, después de referirse a los que
le consideran ingenuo: « Pero estos tienen que saber que por fin será liberada
mi más punzante curiosidad. Entonces podré, si Dios así lo quiere, hundir mi
mirada en la del Padre para contemplar con Él a sus hijos del Islam tal como Él
los ve, enteramente iluminados de la gloria de Cristo, frutos de Su Pasión, inundados
por el Don del Espíritu cuyo gozo secreto
será siempre, el de establecer la comunión y restablecer la semejanza, jugando
con las diferencias. » Por supuesto, yo soy musulmán, y hay allí un lenguaje
específicamente cristiano casi incompatible con mi fe, ¿por qué negarlo?
Por otra parte el mismo Christian no niega las diferencias, por el contrario,
dice que al Espíritu de Dios le gusta jugar con las diferencias con el fin de
restaurar la semejanza fraternal y establecer la comunión de los corazones. Un
hadiz afirma que " la diferencia (o la divergencia) es una Misericordia de
Allah". Y, en efecto, ¿cómo avanzar en el encuentro de los demás sin esta
diferencia? Si no hubiera diferencia, no se habrían alcanzado progresos, y no
habría crecimiento posible, permaneceríamos en un igualitarismo al ras de las
margaritas, es decir nos deshumanizaríamos. El que no avanza retrocede.
Pero más allá de esta diferencia necesaria,
querida por Dios mismo, hay esta "mirada del Padre " que unifica, que
reconcilia, que se encuentra más allá de las oposiciones. Es esta mirada la que
Christian espera alcanzar más allá de la muerte. Un versículo del Corán dice:
" Todo está condenado a perecer, excepto la Faz del Señor " ( Sura
" del Relato", 28,88 ) . Es
este el Rostro de Dios que Christian quiere contemplar, este Rostro en el que
no hay oposición , en el que la comunión y semejanza están restablecidas . Christian
aspira a contemplar el verdadero Rostro de Dios.
Podría parecer que se contradice al
final en este texto conmovedor de ternura y compasión, porque al principio,
hizo hincapié en que no deseaba morir como mártir, aunque desde la primera
frase confesó que su vida estaba entregada a Dios y a Argelia. La tradición
sufí me ayuda a comprender que no hay ninguna contradicción en la declaración
de Christian. He aquí lo que dice el Cheikh Muhieddine Ibn Arabi , un gran maestro
sufí del s. XII-XIII, a propósito del amor desbordante de una cierta categoría de
siervos de Dios : "Es el exceso de amor o plenitud del amor ( ifrât al-mahabba)
o el amor desbordante ( mahabba mufrita ) al que se aplica la palabra divina :
Los que creen tener un amor más intenso ( ashaddu hubban) por Dios (Corán
2,65)"; y luego más adelante, dice: "Según los relatos, esta afección
se había apoderado de Zulayka (la esposa de Putifar ) . Se abrió una vena y la
sangre, manchó el suelo en muchos lugares, marcó, " ¡José, José!”. Porque la
mención del nombre de su amado se había difundido a través de sus venas. Esto
es lo que también es referido a Al-Hallaj, cuya sangre chorreando de sus
miembros amputados escribía el nombre de Allah! Allah!" Dondequiera que caía.
En ese estado, improvisó estos versos - ¡Dios tenga piedad de él! –
Ni los miembros ni mis
articulaciones fueron amputados
¡Sin que tu evocación,
Señor, no se encontrara allí!
Tales casos pertenecen a esta clase
de afecto y corresponden a estos seres desbordantes de amor (’ushshâq) que
encontraron de así la muerte por amor. Tal sacrificio es denominado el dominio del amor (gharâm) (4). » (Tratado del Amor, cap.
7 «Los Nombres del Amor », § 3 « Al-‘Ishq: El desbordamiento de amor », Albin
Michel, pp 123-124).
¿Entonces Christian de Chergé aspiraba al martirio? Si él desborda de amor
por Dios, entonces podemos responder positivamente a esta pregunta. Pero
añadiendo en seguida que es Dios mismo quien arrebata a Su servidor así, por
muy escandaloso que esto pueda parecer. « ¡Que
acepten que el Dueño Único de toda vida no podría permanecer ajeno a esta
partida brutal »… Un amigo sufí me dijo
un día a propósito de los siete monjes mártires de Tibhirine: « es una suerte
para ellos! ¡este martirio es el signo que el Dios los ama mucho! » ¿Palabras
chocantes? ¿Escandalosas? ¿O grito del corazón « que tiene sus razones que la
razón ignora »? Cada uno ha de hacerse su propia opinión sobre esta pregunta
delicada. íntima… pero esta frase de Christian parece no dejar ninguna duda
sobre su comprensión de su propio sacrificio: « Por esta vida perdida,
totalmente mía, y totalmente ellos, doy gracias a Dios que parece haberla
querido enteramente para este GOZO,
contra y a pesar de todo. »
El testamento espiritual de Christian
de Chergé termina con un perdón incondicional para aquel que lo asesinará. Cuando
le conté a mi padre la historia del martirio de los siete monjes de Tibhirine,
me dijo: " ¡los musulmanes que hicieron esto van a ir todos directamente al
infierno, y los monjes mártires irán directamente al paraíso!” ¡Allí también fue un grito desde el corazón! La
mayoría de los musulmanes sólo pueden estar sorprendidos e indignados por ese
crimen contra los siervos de Dios, sobre todo cuando el propio Corán elogia a
los monjes cristianos que oran a Dios día y noche.
Ley del talión es generalmente admisible en la tradición musulmana, pero
siempre existe la posibilidad de que la familia de la víctima de un homicidio consiga
el precio de la sangre por otro medio distinto que el de la muerte del asesino.
Y además está este versículo de la Sura de " Las Abejas ": « Si debeis
castigar, hacedlo en la medida de la ofensa sufrida, pero si perdonáis, esto será
mucho mejor para los que son capaces dominarse. » (16.126).
Ser capaz dominarse… pienso aquí en la historia de Caín y Abel tal como es
contada en Corán:
5.27. Cuéntales la historia tal cual es, de aquellos dos hijos de Adam.
Cada uno de ambos hermanos había hecho una ofrenda, pero la de uno fue
aceptada, mientras que la del otro era rechazada. « Te mataré », le dice este
último a su hermano, que le respondió: « ¡Que quieres, Dios acepta sólo de aquellos qué Le temen!
5.28. Aún cuando tu extendieses sobre mí tu mano para matarme, yo no
extendería la mía, porque yo temo demasiado a mi Señor, al Señor del Universo,
para cometer un crimen igual!
5.29. Prefiero que tu solo cargues con mis pecados y los tuyos, y tú serás
condenado a la Gehena que es la recompensa merecida para los criminales »
5.30. Pero, obedeciendo sólo a su
instinto animal, Caín fue arrastrado al homicidio de su hermano. Él lo asesinó
y se encontró por ello entre el número de los réprobos
5.31. Dios envió entonces un
cuervo, que comenzó a arañar la tierra para mostrarle cómo debía enterrar el
cadáver de su hermano.” ¡Desgraciado de mí!, exclamó el asesino ¿Soy pues
incapaz de imitar a este cuervo y enterrar los restos de mi hermano? “ Y desde entonces,
ne dejó de ser roído por intensos remordimientos.
El versículo 29 de esta Sura
titulada " La Tabla " puede parecer escandalosa !Abel dice a Caín que
si le mata, cargará sobre sí con sus propios pecados y los de su víctima! Ello puede
entonces movernos a compasión de este pobre Caín, “que no sabía lo que hacía..."
El versículo 32 de la misma Sura, justo
después de la historia de Caín y Abel, dice así: " Es por eso que hemos promulgado
esta ley para los hijos de Israel: " Quien mate a un ser humano no
culpable de asesinato o de sedición en la tierra será considerado como el
asesino de la Humanidad. El que salve la vida de un solo ser humano será
considerado como si hubiese salvado la vida de toda la Humanidad." Envió
Dios un cuervo a Caín para hacerle consciente de su culpabilidad y hacerle
sentir remordimiento... El cuervo, es el ave de mal agüero que no trae la rama
de olivo anunciando la salvación a Noé, pero al mismo tiempo, alentó a Caín
para cavar la tierra... Esta imagen de " cavar " me recuerda una
historia real de Christian de Chergé en Tibhirine y que él cuenta así:
“Desde que un día Mohammed (un vecino
del pueblo de Tibhirine) me pidió, de improviso, que le enseñara a orar se
acostumbró a venir regularmente para hablar conmigo. Este es un vecino con el
que tenemos una larga historia de trato.
A menudo debía recortar el trata con él, o pasar fines de semana sin
encontrarnos cuando los huéspedes eran demasiado numerosos y absorbentes.
Un día, él encontró la fórmula para volverme al orden y solicitar una cita:
« ¡Hace mucho tiempo que no cavamos nuestro pozo! » Se mantuvo la imagen. La
empleábamos cuando sentíamos la necesidad de intercambiar a fondo.
Una vez, a modo de broma, le
pregunté: " Y en lo más profundo nuestro pozo, ¿qué es lo que encontraremos?
¿Agua musulmana o agua cristiana? "
me miró medio riéndose, medio apenado: " De todos modos, hace tanto tiempo
que caminamos juntos y todavía me haces esa pregunta! ... Sabes, que en el
fondo de ese pozo, lo que encontramos es el agua de Dios. "(5)
Es decir, más allá de nuestras
diferencias dogmáticas, teológicas, culturales, se encuentra lo mismo que todos
buscamos , cristianos y musulmanes , esta "Agua de Dios "que saciará nuestra
sed de paz, nuestra sed de salvación. Christian de Chergé a buscado este agua
de Dios con sus hermanos cristianos y musulmanes en Argelia. Un agua viva, como
aquella donde el pez de Moisés y de su criado encuentra la vida y dónde se encuentra
la confluencia de los dos mares , el “barzakh”, es decir, el punto del
encuentro.
Notas:
(1) Lea acerca
de " Ribat el Salam": Christian de Chergé, una teología de la
esperanza del Padre Christian Salenson, teólogo
y director del Instituto de Ciencia y Teología
de las religiones (ISTR) de Marsella, pp. 232.233, Bayard, 2010.
(2) Ibíd. Capítulo 4: "El lugar del Islam
en el plan de Dios" (pp.53 -71) y el capítulo 6: "La lectura del Corán"
(pp. .93-106) y una antología que se publicará el 16 de Septiembre próximo en Bayard:
El Verbo se hizo Hermano, Christian de Chergé y el diálogo islamo-cristiano, Sor
Bénédicte Avon, Anne-Noëlle Clément, Roger Michel y Christian Salenson (un
grupo de trabajo del ISTR de Marsella ISTR dedicado a los textos de los monjes
de Tibhirine).
(3) Ibíd. pp. 41-45.
( ) Ibn al
-Arabi , Tratado del Amor, cap. 7 "Los Nombres del Amor", § 3 "Al-
'Ishq : El torrente del amor", pp. 123-124, Albin Michel 2007 ( traducción
al francés de Maurice Gloton ) .
( 5) Chistian
Salenson, Cristian de Chergé una
teología de la esperanza, op.cit . , Pp.75 -76.
[i] Soufiane Zitouni,
Profesor de Filosofía en
el Liceo de Mont-Plaisir de Valence.
Miembro de la Tariqa sufí Alawiya.
Participa con frecuencia
en encuentros y coloquios entre católicos y sufíes.
Interesante ver su
coloquio sobre Teilhard de Chardin : http://www.wmaker.net/teilhard/EDITION-du-COLLOQUE-du-26-SEPTEMBRE-2009,-SOUS-le-PATRONAGE-de-l-UNIVERSITE-JEAN-MOULIN-LYON-III-et-sous-l-impulsion-de_a222.html