martes, 17 de agosto de 2021


IMÁGENES DE LA JORNADA ON LINE DE DIÁLOGO INTERRELIGIOSOS 2021






 

CRÓNICA DEL ENCUENTRO INTERRELIGIOSO ORGANIZADO POR EL FORO DE ENCUENTRO INTERRELIGIOSO (FEIR) 12 de junio de 2021


El pasado 12 de junio a lo largo de la mañana ha tenido lugar, a través de la plataforma zoom -facilitada por la Confederación de Institutos de Vida Consagrada (CONFER)-, una jornada interreligiosa organizada por FEIR (Foro de Encuentro Interreligioso). 

La bienvenida de esta jornada corrió a cargo de Jesús Miguel Zamora y Benjamín Gómez, representantes, ambos, de CONFER. Jesús y Benjamín manifestaron el gozo de poder vernos de nuevo -aunque todavía haya tenido que ser de forma virtual-, pero con la certeza de que también la vía telemática nos permitiría intercambiar experiencias y conocimientos que nos enriquecerían a todos y nos acercarían, una vez más, hacia el diálogo interreligioso sincero y fructífero. 

Después de esta breve presentación tuvo lugar una breve oración dirigida por Clarisa Nieva de la Comunidad Bahá´í. Clarisa oró a Dios pidiendo la unidad y la paz con una hermosa oración de su fundador Bahá'u'lláh. 

Después, representantes de distintas confesiones, grupos y religiones hicieron una breve presentación de cada una de sus tradiciones o instituciones. 

El hinduismo fue presentado por Juan Carlos Ramchandani, presidente de la Federación Hindú. En sus palabras destacó que el hinduismo es una cultura y forma de vida que busca el orden cósmico y garantizar el bienestar y el progreso de la humanidad. 

Para presentar a la Comunidad Cuáquera estuvo Carmen Alcalde, quien destacó que la espiritualidad de su Comunidad les lleva a una búsqueda profunda de la paz y de la unidad en el mundo. 

Seguidamente, tomó la palabra la monja benedictina, Ernestina Álvarez. Ella, como representante del Diálogo Interreligioso Monástico (DIM), puso el énfasis en la necesidad de un encuentro entre las religiones a través del diálogo de la oración y los intercambios de experiencias espirituales de las diversas religiones, para poder buscar la reconciliación y la paz entre todas las personas del universo. 

El islam fue presentado por Temir Temirzod, representante de Arco Fórum. A través de esta institución, manifestó, se están llevando a cabo, por toda España, importantes encuentros interreligiosos entre jóvenes pertenecientes, especialmente, a las tres religiones monoteístas, con el fin de inculcar en ellos el respeto, la tolerancia y el amor a Dios misericordioso. 

Por último, en el turno de presentaciones, tomó la palabra Pilar del Cid (Li Wei Jing), de la Comunidad Taoísta Española. Ella, destacó que, a través del taoísmo, su comunidad pretende ayudar a las personas a buscar la paz y la compasión con todas las criaturas. 

Terminadas estas presentaciones, Pedro Álvarez -el alma que dirige el foro FEIR-, dio paso al tiempo de ponencias sobre dos místicos Amma, de la mística hinduista y Tomás Merton de la Mística cristiana. 

La ponencia sobre la mística Amma (madre) corrió a cargo de Javier Ruiz Calderón. Javier habló con gran cariño de la que considera su gran maestra espiritual y, destacó de ella, su amor y compasión desinteresados hacia todos los seres. Por este motivo, dijo, ha dedicado su vida entera a aliviar el dolor de los pobres y de los que sufren física y emocionalmente. Amma, añadió, inspira, eleva y transforma con su abrazo físico y su sabiduría espiritual a todos y a través de su ONG, Embracing the World. Después de un breve tiempo de diálogo con el ponente, tomó la palabra el monje cisterciense Francisco Rafael de Pascual (OCSO). 

El padre Francisco Rafael presentó la figura del místico cisterciense Thomas Merton. Merton, señaló, fue un hombre de frontera, porque supo describir la vida espiritual y las relaciones entre los hombres pertenecientes a las distintas religiones con un lenguaje moderno y asequible a todos los públicos. Además -explicó-, Merton supo combinar, con magistral perfección, la trascendencia y la contemplación del claustro con los problemas del mundo, del que en ningún momento se encontró desligado y al que siempre supo valorar con un criterio esperanzador. Después de dedicar unos minutos a dialogar sobre la figura de Merton con el ponente, Pedro Álvarez y Jesús Miguel Zamora, concluyeron el encuentro con un mensaje esperanzador de poder encontrarnos el próximo año de forma presencial, para seguir trabajando por la riqueza y el encuentro entre las religiones. 

María Jesús Hernando 
Delegada Diocesana Ecumenismo Diócesis de Getafe.

sábado, 18 de mayo de 2019

JORNADA INTERRELIGIOSA FEIR DEL 24 DE MARZO

Una centena de personas de diversas tradiciones se dieron encuentro en una jornada interreligiosa

—Madrid, 18 de mayo de 2019—. Cerca de una centena de personas provenientes de diversas tradiciones, tales como judíos, cristianos, hinduistas, musulmanes, budistas y bahá’ís, ponen de relieve la necesidad del diálogo interreligioso para contribuir a erradicar los prejuicios y la intolerancia.
Participantes en el encuentro interreligioso que se llevó a cabo el 24 de marzo de 2019 en el Centro Nacional Bahá’í, ubicado en Madrid
En este momento en el que una creciente ola de extremismo religioso amenaza la seguridad de las poblaciones y los esfuerzos por alcanzar la paz, el llamamiento a establecer un orden mundial basado en la unidad en diversidad y la cooperación entre naciones y religiones no es simplemente un imperativo moral; es una necesidad vital.

Los líderes religiosos tienen a su alcance grandes posibilidades a fin de propiciar la camaradería y la concordia. No obstante, para ello es fundamental que junto con otros actores sociales avancen hacia una comprensión más profunda y evolutiva de la religión y de su posible papel constructivo en la sociedad actual, identificando claramente cuándo se convierte en fuente de civilización y cuándo en fuente de fanatismo.

Los escritos bahá’ís señalan que la tarea de la religión es promover la unidad, armonizando los elementos dispares y cultivando en todos los corazones un amor incondicional por la humanidad. Por el contrario, si la religión se convierte en causa de aversión, de odio y de división, sería mejor no tener ninguna. Se podría decir que una religión que no sea causa de amor y unidad no es una religión, sino que usa el nombre de la religión, pero no es digna de él.

Este mensaje estuvo presente en el encuentro interreligioso que se llevó a cabo el 24 de marzo de 2019 en el Centro Nacional Bahá’í, ubicado en Madrid. En esta ocasión, Rafa Millán y Mardía Herrero fueron los encargados de que algunos poemas de Rumi —poeta místico musulmán persa del s. XII— inspiraran el tema de estudio del encuentro.

«El diálogo interreligioso parece ser una de las claves para contribuir a erradicar el prejuicio religioso y la intolerancia, siempre y cuando las diferentes tradiciones sean vistas como parte de un mismo sistema progresivo y consistente internamente», manifestaba Dunia Donaires, representante de la Oficina de Asuntos Públicos de la Comunidad Bahá’í de España.

«Me siento conmovido por el ambiente de unidad y camaradería que ha predominado durante el encuentro», indicaba uno de los participantes. «Somos personas de diferentes orígenes y tradiciones que deseamos contribuir al avance de la sociedad».

Este encuentro forma parte de una serie de jornadas organizadas por el Foro de Encuentro Interreligioso, que nació en el 2015 cuando la Asociación para el Diálogo Interreligioso Monástico y la Confederación de Religiosos Católicos convocaron a diferentes confesiones a una peregrinación interreligiosa y surgió la idea de constituir un grupo motor nacional compuesto por más de 17 colectivos de base religiosa, a fin de contribuir a la mejora de la sociedad y emprender acciones significativas.

viernes, 17 de mayo de 2019

Mensaje para el Ramadán y El Eid Al-FITR



CONSEJO PONTIFICIO PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO
MENSAJE PARA EL RAMADÁN Y EL EID AL-FITR 
1440 H. / 2019 A.D.

Cristianos y musulmanes: 
promover la fraternidad humana




Queridos  hermanos y hermanas musulmanes:
El mes de Ramadán, dedicado al ayuno, la oración y la limosna, es también un mes para reforzar los lazos espirituales que compartimos en la amistad entre cristianos y musulmanes. Me complace, por lo tanto, aprovechar esta oportunidad para desearos una celebración serena y fructífera del Ramadán.
Nuestras religiones nos invitan «a permanecer anclados en los valores de la paz; a sostener los valores del conocimiento recíproco, de la fraternidad humana y de la convivencia común; a restablecer la sabiduría, la justicia y la caridad» (ver Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común, Abu Dhabi, 4 de febrero de 2019).
Nosotros, los musulmanes y los cristianos, estamos llamados a abrirnos a los demás, conociéndolos y reconociéndolos como hermanos y hermanas. De esta manera, podemos derribar los muros levantados por el miedo y la ignorancia y tratar juntos de construir puentes de amistad que son fundamentales para el bien de toda la humanidad. Cultivamos así en nuestras familias y en nuestras instituciones políticas, civiles y religiosas, una nueva forma de vida en la que se rechaza la violencia y se respeta a la persona humana.
Se nos exhorta, pues, a proseguir la cultura del diálogo como medio de cooperación y como método para aumentar el conocimiento mutuo. En este contexto, recuerdo que el Papa Francisco, durante su visita a El Cairo, destacó tres pautas fundamentales para perseguir el diálogo y el conocimiento entre personas de diferentes religiones: «el deber de la identidadla valentía de la alteridad la sinceridad de las intenciones» (Discurso a los participantes en la Conferencia Internacional por la Paz, Centro de Conferencias Al-Azhar, 28 de abril de 2017).
Para respetar la diversidad, el diálogo debe buscar promover el derecho a la vida de todas las personas, la integridad física y las libertades fundamentales, como la libertad de conciencia, de pensamiento, de expresión y de religión. Esto incluye la libertad de vivir de acuerdo con las convicciones propias, tanto en el ámbito privado como en el público. De ese modo, los cristianos y los musulmanes, como hermanos y hermanas, pueden trabajar juntos por el bien común.
Deseo que el gesto y el mensaje de la fraternidad tengan eco en los corazones de todos aquellos que ocupan cargos de autoridad en los sectores de la vida social y civil de toda la familia humana, y nos lleven a todos a poner en práctica, no simplemente una actitud de tolerancia sino una convivencia verdadera y pacífica.
Con un cordial saludo fraternal, una renovada estima por nuestra amistad y en nombre del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, expreso mis sinceros deseos de un mes fructífero de Ramadán y de un gozoso Eid al-Fitr.
Del Vaticano, 27 de marzo de 2019

Miguel Ángel Ayuso Guixot, M.C.C.J.
Secretario

lunes, 6 de mayo de 2019

SOMOS HIJOS DE LA MISERICORDIA



            Durante el año jubilar de la Misericordia 2015, convocado por el Papa Francisco, nos centramos en reflexionar sobre la misericordia: misericordia de Dios para con nosotros, la misericordia que hemos de tener entre nosotros, con los demás, con nosotros mismos, con toda la humanidad. Para ambientarnos veamos la conocida parábola del buen samaritano, del Evangelio según San Lucas, cuyo logo ilustró el pasado año de la misericordia:

Pero (el Escriba), queriendo justificarse, dijo a Jesús: «Y ¿quién es mi prójimo?»
Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de salteadores que, después de despojarle y darle una paliza, se fueron, dejándole medio muerto.
Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo.
De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo.
Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión.
Acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y le montó luego sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él.
Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al posadero, diciendo: “Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva.”
¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?» (Preguntó Jesús al Escriba)
Él dijo: «El que practicó la misericordia con él.» Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo.»
Lc 10, 29-37

            La misericordia: mirar la miseria del corazón, acoger con corazón la miseria, mi miseria, la del otro, la de la sociedad, la de toda la humanidad… Misericordia, bien podemos decir: es el segundo nombre de Dios. Cuando el evangelista San Juan nos dice, en el capítulo 4 de su primera Carta, que Dios es amor, también nos está diciendo que Dios es misericordia; cuando rezamos los salmos lo repetimos continuamente: “dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia,” lo cantamos en la oración de Laudes cada domingo con el salmo 117.

            Los musulmanes, en sus cinco momentos de oración al día a día, antes de cada comida, al comenzar el trabajo, en todas sus oraciones: repiten varias veces el nombre de Alá como “el misericordioso”, se encomiendan a él, le presentan sus trabajos y labores del día; todas las oraciones comienzan invocando a Alá como el misericordioso. La expresión árabe que utilizan es: Bis mí Allá al raj man al ra jín: que puede traducirse: En el nombre de Dios el clemente y misericordioso, pero la traducción literal es: “En el nombre de Dios, que es el misericordioso y el que hace la misericordia.” Esta es de las primeras oraciones que aprende todo niño y niña musulmán, que Alá es misericordioso, lo  integra en su vida y de este modo, la confianza en la misericordia de Dios termina formando parte de su conciencia, por la constante repetición y meditación de esta oración.

            La fe en Dios clemente y misericordioso, une a todas las creencias en el amor. El Papa Francisco publicó en su web “Video del Papa Francisco”, en el mes de Enero del 2015, un video sobre el diálogo interreligioso, en que aparecen una representante de los budistas, uno de los judíos, otro de los musulmanes y un sacerdote católico. En la primera escena aparece cada uno de los representantes religiosos expresando su creencia: creo en Buda; creo en Dios; creo en Dios, creo en Alá; creo en Jesucristo. En la penúltima escena vuelven a aparecer cada uno de los representantes, pero esta vez, todos dicen la misma frase, afirmando la creencia en un valor fundamental de su fe: creo en el amor.

            La parábola del Buen Samaritano, habla por sí sola al corazón de toda persona que la lee o la escucha, sin importar su credo (o increencia). Aunque puede parecer, que el Escriba a quien Jesús le pregunta: «¿quién de estos tres te parece que es el prójimo del que cayó en manos de los asaltadores?», fue irónico al responder la pregunta de Jesús con la frase: «él que practicó la misericordia». De todos modos,  Jesús, en esta respuesta, tuvo la ocasión oportuna, aprovechando la acertada respuesta del Escriba, para ser directo, claro, sencillo y preciso en su enseñanza: ¡Vete y haz tú lo mismo! Cuando me pregunto a mí mismo: ¿qué había en el corazón del samaritano, que le movió a actuar de ese modo, ante esa situación? La respuesta me lleva a pensar, en las virtudes, que van unidas la misericordia, como si fuesen hijos que nacen de ella, por ella y desde ella: la alimentan y fomentan y la hacen creer y fructificar en el corazón de la persona. Varios son los gestos del samaritano para con el hombre apaleado y medio muerto: gestos de médico, de padre-madre, de transportista, de vigilante… Estos gestos son fruto de las virtudes, que como hijas de la misericordia, anidan en el corazón de aquellos que siguen a Jesús con corazón sincero.

            Un espejo que nosotros tenemos a la mano para configurarnos con Cristo por medio de una vida virtuosa, por ser monjes benedictinos, es el capítulo IV de la RB, sobre los Instrumentos del arte espiritual o los Instrumentos de las Buenas Obras, cuyo listado de prácticas y tareas a vivir y llevar a la práctica corporal y espiritualmente, está coronado al final con la exhortación a “no desesperar nunca de la misericordia de Dios”, Padre bondadoso, cuya misericordia es un abismo sin fondo, como decía San Vicente de Paúl para remarcar, sin lugar a dudas, que el amor de Dios por la humanidad es infinito.

            Sin lugar a dudas podemos afirmar, que una persona misericordiosa es virtuosa por ello y que una persona virtuosa, es misericordiosa en razón de su virtud. 

            Nuestras virtudes pueden fluir de nosotros con tal naturalidad, que hasta nos puede sorprender cuando alguien nos hace saber de la existencia de alguna o algunas de ellas en nosotros. Las personas que se acercan y/o relacionan con nosotros,  son como un espejo, que nos muestra nuestro propio rostro, parte de quienes somos. Por eso les servimos como modelo y ejemplo, así como ellos nos muestran el modelo y ejemplo de una vida virtuosa, o una u otra virtud en específico. Aquí radica una de las grandes riquezas de la vida en sociedad, que ofrece constantemente el abanico de las virtudes de los demás, en el día a día, en el roce continuo de unos con otros; para nuestro crecimiento y maduración en la vida de la gracia, como personas, como sociedad que buscamos a Dios misericordioso. Decía San Agustín, que en la comunidad somos como las piedras de los ríos, nos vamos moldeando, limando aristas y puliendo por el continuo roce con los hermanos.

            Dos textos del apóstol San Pablo me llaman la atención, por el programa que muestran para crecer en las virtudes. El primero es de la carta a los Romanos 5, 3-5:

Más aún; nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia;  la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.

            - Tribulación que engendra paciencia, la paciencia-virtud probada, la virtud probada- esperanza: que no falla: resultado, el amor de Dios derramado en nuestros corazones.

            El segundo texto es de la carta a los Colosenses 3, 12-15:

Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia,  soportándoos unos a otros, y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros.  Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el broche de la perfección.  Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un solo cuerpo. Y sed agradecidos.
           
            En este texto los verbos  que aparecen son sugerentes y directos en el llamado a la acción, a la práctica de las virtudes: revestíos de… soportándoos… perdonándoos… revestíos… sed agradecidos

            También el apóstol San Pedro en su Segunda Carta (1, 5-8) nos enseña un camino para crecer en la virtud:            

Por esta misma razón, poned el mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia activa, a la paciencia activa, la piedad,  a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad. Pues estas cosas, si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.

León Tolstoy, famoso novelista ruso, tiene un cuento muy sencillo llamado “Las Tres Preguntas.” Resumo el cuento:

“A un rey se le ocurrió en una ocasión, que si supiera el momento exacto en que comenzar cada cosa, si supiera a qué personas hacer caso y a quiénes evitar y, sobre todo, si supiera lo más importante que hay que hacer, nunca fracasaría en nada que emprendiese. Por eso proclamó en su reino que daría una recompensa a cualquiera  que le enseñara cuál era el momento adecuado para cada acción, quiénes eran las personas más necesarias y cómo saber qué es lo más importante que hay que hacer. Se acercaron a él muchas personas, que le dieron muchas respuestas, todas distintas, ninguna le pareció satisfactoria. Pero como siguió adelante con su inquietud, fue a ver un ermitaño que vivía en las afueras de la ciudad. Cuando llegó el rey, el ermitaño estaba cavando el suelo frente a su cabaña.

El rey le hizo al ermitaño las tres preguntas: ¿Cómo puedo aprender a hacer lo correcto en el momento adecuado? ¿quiénes son las personas más necesarias para mí y a quiénes, por tanto, he de prestar más atención que al resto? Y ¿qué asuntos son los más importantes y que requieren mi inmediata atención? El ermitaño escuchó al rey pero no respondió nada. Únicamente se escupió las manos y siguió cavando. El rey, al ver que el ermitaño estaba cansado de cavar, le dijo que le deje la pala para seguir cavando, a lo cual el ermitaño respondió: ¡Gracias! El rey se cansó de esperar respuesta, le gritó al ermitaño que si no las tenía le dijese, para marcharse a su palacio. Entonces el ermitaño llamó su atención diciéndole que alguien se acercaba corriendo. Este hombre venía herido del bosque, agarrándose el estómago, estaba herido de arma punzante.

Al ver que era el rey quien le socorría le dijo: “perdóname”. El rey le respondió que no le conoce y por eso no tiene nada que perdonarle. Pero el hombre le dijo, que era un enemigo suyo que juro que se vengaría, y había venido a matarle, al saber que vino a ver al ermitaño. El rey había matado a su hermano y le había quitado su propiedad. Los guardaespaldas del rey le vieron escondido y le hirieron, pero él pudo salir huyendo y salvar su vida. Entonces puso su vida en las manos del rey, que le perdonó y mandó a sus sirvientes que le llevasen a los mejores médicos del reino para que cuiden de él.

Antes de marcharse el rey volvió a hacer las tres preguntas al ermitaño, quien dijo: “Ya están respondidas”. ¿Cómo respondidas? ¿qué quieres decir? No ves, explicó el ermitaño. Si ayer no me hubieses ayudado a cavar y hubieses seguido tu camino, tu enemigo te hubiese alcanzado y dado muerte. Por eso el momento más importante fue cuando estuviste cavando conmigo y yo era el hombre más importante y hacerme el bien era tu tarea más importante. Si no hubieses atendido a tu enemigo, habría muerto sin reconciliarse contigo. De modo que era el hombre más importante y lo que hiciste por él tu tarea más importante. Recuerda pues: sólo hay un tiempo que es importante ¡Ahora! Es el tiempo más importante porque es el único tiempo en el que tenemos algún poder. El hombre más necesario es aquél con quien estás, porque ningún hombre sabe si tendrá trato con alguien más. Y la tarea más importante es hacer el bien, porque ese es el propósito por el cual Dios le dio la vida al hombre.

Al final de esta meditación, depositamos nuestras vidas en las manos de la Virgen María, esa a quien el ángel Gabriel llamó: la «kejaritomene», la “llena de gracia” y que nosotros, antes de retirarnos a descansar, invocamos en la Salve como la Mater misericodiae, Madre de misericordia. Amén

REPORTAJE BENEDICTINAS DE LEÓN STA MARIA CARBAJAL


jueves, 2 de mayo de 2019

CONCIERTO TRES CULTURAS




Concierto de Tres Culturas
Catedral de La Almudena, Madrid



            El pasado jueves 21 de Marzo, a las 19:00 horas, participamos en la Catedral de La Almudena, Madrid, del Concierto de Tres Culturas, organizado por Arco Forum, el Centro Unesco Getafe -Madrid-, IERMA (Instituto de Estudios sobre Religiones y Mundo Actual), con la colaboración de la Arquidiócesis de Madrid y otras diez organizaciones interconfesionales. La entrada era libre. El saludo inicial estuvo a cargo del Arzobispado de Madrid, de D. Alberto Guerrero del Centro UNESCO y de D. Temir de Arco Forum. A pesar de ser jueves por la tarde, los cuatro costados de la catedral estaban llenos de visitantes al acto, especialmente de jóvenes que no paraban de entrar por la puerta principal.





En su VI edición, el programa se dividió en tres partes. Primero disfrutamos de la armoniosa polifonía del Coro del Colegio La Salle Maravilla, con melodías gregorianas de G. Fauré, C. Saint-Saëns y M. Duruflé entre otros. El coro de niños abrió el evento con su canto lleno de vida, dando paso al coro de los jóvenes. La segunda parte de esta tarde fue del grupo de Eduardo Paniagua “Música Antigua”, quienes interpretaron hermosas melodías medievales judías de la tradición sefardí oriental, salmos, poemas litúrgicos y oraciones. Por último, Al Firdaus Ensemble y Makam Duo, crearon un clima de silencio con la plegaria “Safa” que invoca algunos de los Bellos Nombres de Dios, ejecutada en una composición musical propia. Cuatro poemas y oraciones medievales de origen sufí turco, morisco, composiciones propias siguieron a continuación, coronando el final de su participación con la danza-oración del derviche giróvago, al ritmo de “Al-Fiyasya” soy siervo de un Señor poderoso que hace lo difícil fácil.

Entre los participantes estuvieron presentes D. Manuel E. Barrios, Director del Secretariado de Relaciones Interconfesionales de la CEE y Jesús Miguel Zamora, Secretario de la CONFER. En la web del Concierto de Culturas, http://conciertodeculturas.es/, encontramos fotos, videos e información sobre los conciertos que se han realizado.






CRÓNICA “EL ENCUENTRO INTERRELIGIOSO A TRAVÉS DE LOS MÍSTICO”:  ALAL AD-DIN MUHAMMAD -RUMI-



     El domingo, 24 de marzo, a las 11 de la mañana, en la sede Bahá´í en Madrid, nos reunimos unos noventa amigos del diálogo interreligioso como respuesta a la convocatoria del Foro de Encuentro Interreligioso, dentro de su programa: “Los místicos y el diálogo interreligioso”. En esta ocasión para acercarnos al místico sufí Rumi.
     Comenzamos la jornada con unas breves palabras de los anfitriones bahá´ís dando la bienvenida a todos los asistentes, muchos de ellos venidos desde distantes puntos geográficos. A continuación, nos sumergimos en unos minutos de oración acunados por el canto de unos fieles bahá´ís. 





      Carlos Jesús Delgado, que conduce la jornada, nos presenta un breve “noticiario interreligioso”, con imágenes y palabras, de los principales actos interreligiosos de los últimos meses. Descubrimos que no estamos solos en nuestro anhelo de encuentro con fieles de otras religiones. Nos adelanta la importante convocatoria: “El Espíritu de Asis llega a Madrid”, que tendrá lugar en el mes de septiembre, y que reunirá a muchos creyentes y líderes de diferentes religiones y que convoca la Comunidad de Sant´Egidio.




     El núcleo de la jornada es acercarnos a la experiencia religiosa del gran místico sufí, conocido como Rumi; misión encomendada a Rafa Millán y Mardia Herreros, de la tariqa Naqshbandi.

     Rafa Millán empieza la ponencia exponiendo las evocaciones que la enseñanza de Rumi le produce en su manera de vivir el hecho religioso, sobre todo en relación con la coexistencia de diferentes tradiciones religiosas.
     
     A continuación, Mardia nos introduce en la enseñanza de Rumi y empezando por su muerte, su verdadero vivir, nos guía por su vida. En el fondo, parece como si Rumi fuera abrasado por un fuego de amor que consume cualquier diferencia o separación entre las cosas y personas.

            Un vivo coloquio entre los asistentes cierra la ponencia y nos encamina hacia unos minutos de descanso, tomar algo, estirar las piernas y seguir comentando las impresiones del día.      
    
     La tercera parte de la jornada es la celebración interreligiosa que conducen los miembros del DIM (Diálogo Interreligioso Monástico). La celebración empieza con unas palabras de Fray José Luis Navarro invitando al recogimiento mediante el silencio.



            Las notas del laúd y la flauta Nei de dos músicos turcos que nos acompañan hacen de puente entre el aquí ahora y el allí. Después de algunas interpretaciones musicales, el derviche giróvago madrileño Agustín comienza su oración girando y rezando por todos. Es un momento de gran silencio y contemplación.  




     Una vez concluye la danza, y sin romper el clímax creado, los monjes del DIM invitan a la asamblea a cantar todos juntos el canon: “Nada de turbe, nada te espante, quien a Dios tiene, nada le falta…”. Repetimos las mismas estrofas durante unos minutos, a la manera de una lenta letanía meditativa.

          Para terminar Fray José Luis nos invita a tener un gesto de respeto y fraternidad con los asistentes, en particular con el que se encuentra a la derecha y a la izquierda de cada uno. Concluimos con un espontáneo, caluroso y alegre abrazo fraterno entre todos y, cómo no, con la foto de familia.