LUGAR DE ENCUENTRO DE LOS CREYENTES DE LAS DISTINTAS TRADICIONES RELIGIOSAS
domingo, 31 de julio de 2016
Jewish Contemplatives: Solitude in Jewish Contemplative Practice
Jewish Contemplatives: Solitude in Jewish Contemplative Practice: In the tractate of the Mishnah known as the “Ethics of the Fathers”, we are strongly advised “not to separate ourselves from ...
sábado, 30 de julio de 2016
Características del diálogo intra-religioso
1.- DIÁLOGO INTRA-RELIGIOSO
Nace como
respuesta
a una llamada de Dios.
No surge del capricho personal sino de
una aspiración profunda a la que respondemos. Es por tanto un acto de fe.
Esta llamada de
Dios puede ser favorecida por algunas circunstancias de la vida: amistades,
situaciones interculturales, matrimonios mixtos, estancias en el extranjero, la
práctica de la meditación silenciosa, una experiencia de no-dualidad, el
encuentro con maestro espiritual, el arte, los lugares sagrados, las
peregrinaciones…
Después del primer sí es necesario
revisar constantemente nuestra motivación, que debemos purificar de cualquier búsqueda
de provecho inmediato, incluso el espiritual.
Exige un arraigo en la propia tradición y una
madurez espiritual.
Con carácter general todos necesitamos disponer de profundas raíces
para desarrollarnos y crecer, ya que por ellas recibimos el alimento, la identidad,
la seguridad. Las religiones son terrenos ya arados que nos aportan una identidad,
un soporte, un alimento espiritual.
Para cruzar a la otra orilla necesitamos
construir un puente y tenemos que asegurarnos de que el puntal del que partimos
esté bien arraigado en la roca, de otra forma será frágil, se moverá, y sentiremos
vértigo al avanzar.
La
roca de donde partimos es una verdadera experiencia de fe
nutrida en la oración, además de un buen conocimiento intelectual de la propia
tradición.
La prueba de la madurez requerida es la
humildad, tanto en la relación
interpersonal como en las exposiciones doctrinales. Una humildad que nos equilibra y nos ayuda a reconocer los
límites de las formulaciones doctrinales a la vez que su importancia como
transmisoras de verdad.
Este arraigo y humildad, fundamentados
en una verdad vivida y experimentada en la oración, nos permite salir sin miedo
a que se desnaturalice la propia fe y es fuente de libertad y audacia.
Thomas Merton aconseja: «Este diálogo contemplativo debe estar
reservado para los que han sido seriamente formados con años de silencio y una
paciente iniciación en la meditación».
No
obstante, no es necesario esperar a que nuestra identidad esté totalmente
establecida para comenzar el intercambio interreligioso. La identidad no es un
don inmutable, se forja en el movimiento.
¿Cómo unir la adhesión exclusiva a Cristo y la acogida
incondicional en su nombre? La “madurez”
es comprender que Cristo no es
un límite para el diálogo interreligioso sino el umbral (J. Melloni).
El
seguimiento de Jesús desactiva todo impedimento que podamos objetar al
encuentro interreligioso.
Cristo está en todo acto de donación. El vaciamiento
por amor es el criterio de discernimiento de cualquier actitud religiosa, más
allá del credo que la configure. Donde hay vaciamiento se está revelando lo crístico.
El Dios que nos transmite Jesús es siempre mayor que las imágenes que nos
hacemos de él].
Boletín Horeb
Hemos recibido el muy interesante boletín del mes de agosto de la Comunidad Ecuménica Horeb de Carlos de Faucould con mucha información ecuménica e interreligiosa: https://issuu.com/ comunidadecumenica/docs/pdf_ definitivo_horeb_boletin_73_ ago
lunes, 25 de julio de 2016
"La hospitalidad sagrada" de Pierre Francoise de Bethune. Traducido al castellano por Rosa María de la Parra, OSB, miembro de la Comisión Ibérica del DIM (diálogo interreligioso monástico). Prefacio de Raimon Panikkar.
Para conocer otra religión es necesario “compartir la vida” con los que creen en ella. La palabra que designa este compartir la vida es precisamente “hospitalidad”: sin la práctica de la hospitalidad no sería posible conocer otra religión tal y como la viven otros creyentes. He aquí un libro que toca el corazón del verdadero diálogo interreligioso y que no se refiere a doctrinas sino al sentido que la vida representa para nosotros cuando vivimos nuestra religión. La hospitalidad exige siempre la práctica, la acción y, en definitiva, el amor, este amor que es la condición para el conocimiento. Invitar a un extranjero a sentarse a la mesa es el acto de hospitalidad por excelencia. Y es que la hospitalidad pide más que un compartir techo, pide comer juntos y esta “convivialidad” es un acto eucarístico en su pleno sentido. Raimon Panikkar
domingo, 24 de julio de 2016
Comunidad Mundial para la meditación cristiana
Meditación
La Meditación es una sabiduría espiritual universal y una práctica que encontramos en las raíces de todas las grandes tradiciones espirituales. Es la oración que nos conduce de la mente al corazón. Es un camino de simplicidad, silencio y quietud. Puede ser practicado por cualquier persona, en cualquier momento en el que se encuentre en su viaje vital. Sólo es necesario que conozca bien la práctica y que comience a meditar.
En la Cristiandad, esta tradición de contemplación, la oración del corazón o la “oración apofática”, llegó a ser marginada y, a menudo, incluso fue puesta bajo sospecha. Sin embargo, en los últimos tiempos se está produciendo un fuerte resurgimiento de la dimensión contemplativa de la fe cristiana y de la oración. Esto está transformando las diferentes caras de la Iglesia y está revelando el modo en que el Evangelio integra lo místico y lo social. Como eje central de este proceso de transformación se halla el redescubrimiento de cómo orar en esta dimensión y en este nivel de profundidad: encontrando la práctica de la meditación dentro de la tradición cristiana.
La Comunidad Mundial para la Meditación Cristiana enseña una práctica presente en las Enseñanzas del Evangelio que predicaba Jesús y que nos transmitieron los primeros monjes cristianos. Los Padres y Madres del Desierto nos muestran una espiritualidad Cristiana de poderosa relevancia para todo aquél que quiera seguir a Jesús de una forma plena y simple.
sábado, 23 de julio de 2016
El Diálogo Interreligioso clave en la construcción de la Paz
Grupo del curso de verano KAICIID y UCM
Balance del curso de verano del KAICIID
Se guardó un minuto de silencio en homenaje a las víctimas del atentato de Niza
El diálogo interreligioso clave en la construcción de la paz
KAICIID, 15 de julio.
Los participantes han hecho un minuto de silencio en solidaridad con el atentado de ayer en Nizano 01
(KAICIID).- Académicos y representantes de organismos internacionales analizaron en San Lorenzo de El Escorial los aportes del diálogo y las religiones a la paz, en el curso de verano coorganizado por el KAICIID y la Universidad Complutense de Madrid. Participantes han hecho un minuto de silencio en solidaridad con el atentado de ayer en Niza.
Con la expansión de fenómenos como la migración, la globalización, el extremismo y el uso de las redes sociales para transmitir mensajes violentos, el papel del diálogo interreligioso ha emergido como herramienta indispensable para responder a los retos de la sociedad actual.
En eso han coincidido académicos, diplomáticos y responsables políticos que participaron en el curso "Gobernanza Mundial: Diálogo Interreligioso y Construcción de la Paz", que tuvo lugar del 13 al 15 de julio y fue organizado por el Centro Internacional de Diálogo (KAICIID), en colaboración con el Instituto Universitario de Ciencias de las Religiones (IUCCRR) y con los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
El Centro estuvo representado por el Secretario General Adjunto del KAICIID, embajador Álvaro Albacete, y el Asesor Senior del Centro, profesor Patrice Brodeur. Durante la inauguración del curso, Albacete ha hablado sobre las aportaciones del KAICIID a la paz mediante sus programas que fomentan el diálogo interreligioso.
"Pensamos que las plataformas que institucionalizan el diálogo interreligioso pueden ser muy beneficiosas en países en los que hay conflictos con elementos religiosos. No siempre es fácil ni posible llevar a la mesa de diálogo a los grandes líderes de cada religión, pero sí que podemos empezar a trabajar con líderes religiosos de comunidades de base", aseveró.
El Secretario General Adjunto también explicó el programa del KAICIID para fomentar la paz desde las redes sociales: "Los extremistas utilizan con enorme éxito las redes sociales para su propaganda y cooptación de seguidores, y pensamos que sus mensajes deben ser contrarrestados también en esos espacios. En el Centro Internacional de Diálogo estamos muy comprometidos con el trabajo en las redes sociales, hemos elaborado un manual sobre cómo utilizarlas de manera eficaz, para apoyar directamente a los líderes y las comunidades. Pensamos que la implicación de voces moderadas en las redes sociales puede tener un efecto multiplicador. Con ese objetivo, hemos celebrado ya dos talleres en redes sociales en Jordania y Egipto. Próximamente lo haremos en Iraq y Túnez".
El profesor Gustavo Suárez-Pertierra, ex Ministro de Educación y Ciencia y ex Ministro de Defensa de España, habló sobre el papel de las religiones en el espacio público. "Muchos de los conflictos actuales tienen elementos religiosos. No podemos caer en perversiones utilitarias de los fundamentalismos religiosos, que erosionen la imagen de la religión y provoquen prejuicios en las sociedades de acogida", destacó.
Belén Alfaro, embajadora en Misión Especial para la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas y para el Diálogo Interreligioso, aseguró que "el diálogo interreligioso e intercultural es una prioridad de la política exterior española, es esencial para abordar los nuevos retos que están surgiendo en las sociedades del siglo XXI y para la paz mundial y el aumento de la comprensión entre las distintas culturas y religiones".
El Dr. Fernando Amérigo Cuervo-Arango, director del IUCCRR y codirector del curso, expresó: "Estamos muy satisfechos con el debate de los últimos tres días. Es fundamental hablar de estos temas y hemos logrado reunir a expertos que han analizado desde diferentes ángulos la contribución de los líderes religiosos, las religiones y el diálogo a la paz. Este curso ha reunido a representantes de organismos internacionales, catedráticos, responsables políticos, diplomáticos, estudiantes y a personas que están trabajando en organizaciones de base. La colaboración entre todos es esencial para traer la paz a nuestras sociedades"
Actividad internacional
En el curso también participaron representantes de otras organizaciones internacionales activas en materia de diálogo interreligioso y que colaboran con el KAICIID.
Jos de la Haya, Jefe de Grupo Regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, explicó la importancia del diálogo interreligioso e intercultural para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible: "La religión es fuente positiva de motivación para la gran mayoría de las personas alrededor del mundo. Entonces, las estrategias para combatir el extremismo violento deben estar basadas en un mayor entendimiento del impacto de la religión en individuos y comunidades. En ese contexto, es importante contrarrestar la narrativa de que la religión en sí misma es la causa de la violencia y reconocer que los líderes religiosos tienen una responsabilidad particular en la prevención del extremismo violento".
"La misión principal de la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas es construir puentes entre sociedades, promover el diálogo y el entendimiento, así como forjar voluntad política para abordar los desequilibrios del mundo. Es importante recordar el contexto en el que se inició la Alianza, hace casi 10 años, un momento en el que la polarización entre las culturas era alta y una ola de ataques terroristas tomó por asalto a nuestro mundo. Tristemente, hoy estamos en una posición similar. Nuestro trabajo es tan relevante hoy como lo fue hace 10 años", dijo Nihal Saad, Jefa de Gabinete y Portavoz del Alto Representante de las Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones.
Acerca del KAICIID
El Centro Internacional de Diálogo (KAICIID) es una organización intergubernamental que promueve el diálogo para fortalecer la cohesión social. Su trabajo mejora la comprensión y la cooperación entre personas de distintas culturas y fieles de diferentes religiones. El Centro fue fundado por Austria, Arabia Saudí y España. La Santa Sede es el Observador Fundador. Su Junta Directiva está formada por destacados representantes de cinco religiones del mundo: budismo, cristianismo, hinduismo, islam y judaísmo. La Junta diseña y supervisa los programas del Centro.
Acerca del IUCCRR
El Instituto Universitario de Ciencias de las Religiones de la UCM es un instituto universitario que estudia cuestiones religiosas desde una perspectiva académica y aconfesional. Cuenta con profesores e investigadores en diferentes campos: Historia, Filología, Derecho, Ciencias Políticas, Sociología, Antropología y Psicología.
viernes, 22 de julio de 2016
Conclusiones
Conclusión
Cuanto más profunda es la experiencia
de Dios más libre nos encontramos para traspasar los recintos que nosotros
mismos nos hemos construido (J. Melloni).
Todos
los avances conseguidos en el “macrocosmos” del diálogo interreligioso se
arruinarían si no pudiéramos realizar un verdadero encuentro en profundidad,
intra-religioso, donde todos los creyentes nos supiéramos superados por el
misterio. Todas las religiones están llamadas hoy a encontrarse en el nivel más
esencial, como de hecho fue posible en Asís, en 1986.
[Siguiendo a Adolphe Gesché podemos decir a
los cristianos: «No es bueno para el cristiano estar solo». ¡No son las otras
religiones las que van a salvar la Iglesia! La actitud de acogida es decisiva
para que sobreviva. «Fuera de la Iglesia no hay salvación». Yo diría hoy mejor:
«Fuera del diálogo no hay salvación para la Iglesia». Por otra parte, este
diálogo no se entabla solamente con las otras religiones, se vive con la
humanidad y con todos los que creen, con todos estos “signos de los tiempos”,
como decía Juan XXIII].
miércoles, 20 de julio de 2016
3.-PERSONALIDADES DEL DIÁLOGO INTRA-RELIGIOSO
En todas las tradiciones existen personas que
transparentan la divinidad. No nos tiene que costar reconocer la santidad en
las otras confesiones (Por ejemplo: a
Jesús no le costó alabar al Centurión o a la mujer Sirio-fenicia).
El rey Ashoka, budista
indio, del siglo III a de C: “La fe de
los otros debe ser respetada por sí mismo. Honrándolos se afianza la propia fe
y al mismo tiempo se presta un servicio a la fe de los demás […] ya que si un
hombre exalta su fe y denigra la del otro, pensando así obrar con devoción y
glorificar su religión, en realidad le hace daño… El rey desea que los hombres de todas las
religiones conozcan la fe de los demás y adquieran así una doctrina sólida. El
objetivo de estas medidas es la promoción de la fe particular de cada uno, y la
glorificación del Dharma”.
Kabir
Se dice que
Hari vive al Sur,
Y que Alá
en el Oeste
Búscale en
tu corazón
Búscale en
todos los corazones
Allí está
su morada y su residencia.
Henri Le Saux,
Abhishiktananda
¿Quién fue Henri Le Saux, Abhishiktananda? Fue un monje francés que,
después de haber viajado a la India en 1948 en busca de una forma más radical
de la vida espiritual, adoptó la vida de sannyasa de acuerdo con la tradición de la India y se convirtió
en uno de los pioneros del diálogo entre hindúes y cristianos. Tuvo múltiples
contactos con los santos prominentes tales como Sri Ramana Maharshi, Sri Gnanananda Giri y Sri HWL Poonja que le llevaron a una profunda experiencia de la verdad advaita.
Su vocación benedictina
(1910-1948) Desde
su infancia siente una vocación monástica: "Lo que me ha llamado desde
el principio y lo que aún me llama, es la esperanza de encontrar allí la
presencia de Dios de manera más inmediata que en cualquier otro sitio..." A
la edad de 19 es admitido como postulante al monasterio benedictino en
Sainte-Anne-de-Kergonan donde pasó diecinueve años.
La
llamada a la India se inserta en su vocación a una vida contemplativa más
radical: “Más allá, siempre más allá”.
Escribe al Obispo de Tiruchirappalli, pidiendo su ayuda, y le responde el sacerdote francés,
Jules Monchanin con un proyecto para establecer una comunidad monástica (ashrám)
inculturada en las formas hindúes.
La
vida de sannyasa (1948-1968) En 1948 visita el ashram de uno de los más grandes
sabios de la India moderna, Sri Ramana Maharshi, al pie del Arunachala: "Considero esta estancia en
Tiruvannamalai como un refugio real y al mismo tiempo como una iniciación a la
vida monástica hindú”. Fue su introducción
en la sabiduría de advaita.
En
1950 establece el Saccidananda Ashram con el objetivo de permitir a los monjes
de diferentes tradiciones vivir juntos en la contemplación, compartiendo la
"comunicación silenciosa, en la búsqueda del único". De
acuerdo con la tradición de la India adopta un nuevo nombre y se convierte en Abhishiktananda
(Gozo de la unción).
Hace
varias visitas más a la montaña sagrada de Arunachala experimentando largas
estancias en las cuevas de la montaña, dedicando la mayor parte de su tiempo a
la contemplación. En 1955 conoce al sabio contemporáneo Swami Sri Gnanananda Giri: "No pude resistir hacer la
gran postración de nuestra tradición hindú, y al que creo que podría entregarme
por completo.... Ahora sé lo que significa en la India el término gurú.... ".
Volver
dentro,
hacia el lugar donde no hay nada,
y tener cuidado de que nada entra en acción.
Penetra hasta lo más profundo de sí mismo,
al lugar donde ya no se piensa existe,
y tener cuidado de que no surge ningún pensamiento allí.
hacia el lugar donde no hay nada,
y tener cuidado de que nada entra en acción.
Penetra hasta lo más profundo de sí mismo,
al lugar donde ya no se piensa existe,
y tener cuidado de que no surge ningún pensamiento allí.
Allí donde no
existe nada,
plenitud.
Allí donde no se ve nada,
la visión de ser.
Allí donde no aparece nada más,
la repentina aparición del Ser.
plenitud.
Allí donde no se ve nada,
la visión de ser.
Allí donde no aparece nada más,
la repentina aparición del Ser.
Años finales y el despertar
(1968-1973) Deja
el Asrhám y se instala en una pequeña kutiya en Gyansu, su
principal objetivo es llevar una vida contemplativa.
El
proceso de sentirse monje cristiano e hindú será en él una tensión permanente. “Siento en mí un océano de angustia por
cualquier lado al que mire”. “No puedo ser a la vez hindú y cristiano,
pero tampoco puedo ser simplemente hindú o simplemente cristiano”. “Creo que lo mejor es mantener, aún en esta
tensión extrema, estas dos formas de una única fe hasta que aparezca la aurora”.
Poco a poco se va abriendo un espacio
interior en él, “la cueva del corazón” que dice los Upanishads, donde mora el
espíritu y donde va logrando situar a Cristo en un marco interreligioso.
Durante
este periodo participa en una serie de encuentros interreligioso, conferencias
y sesiones de estudio, incluyendo la participación en el Seminario de toda la
India en Bangalore (15 de mayo-20 de junio de 1969).
Uno
de los principales acontecimientos de sus últimos años fue el encuentro con un
joven francés que más tarde se convierte en su discípulo, Marc Chaduc: "He
encontrado en él (Chaduc) un discípulo verdaderamente total. Con él y dos
jóvenes hindúes experimento, desde el otro extremo, lo que es el
gurú. Realmente es el chela (discípulo) que hace al gurú, y creo que he
vivido con el fin de comprender esta relación "más allá de las palabras.... ".
El
14 de julio 1973, Abhishiktananda fue golpeado por un ataque al corazón que él
mismo describió como un "despertar espiritual". Los siguientes meses
de su vida los pasó en un estado de felicidad y realización.
"...Todo lo que Swamiji
escribió lo había vivido en él, se dio
cuenta en sí mismo. Esta es la belleza de su obra escrita, que era el
fruto de su silencio".
Thomas Merton: “Yo hablo como un monje
occidental que está preeminentemente preocupado por su propia vocación y
dedicación monástica... Yo vengo como peregrino, ansioso por obtener no sólo
información, y no sólo “hechos” sobre otras tradiciones monásticas, sino para
beber, de fuentes antiguas, de la visión y de la experiencia monástica. Yo
busco no solamente aprender más (cuantitativamente) sobre religión y sobre la
vida monástica, sino que (busco) hacerme (cualitativamente) un monje mejor y
más esclarecido... Yo creo que hemos llegado a un punto de madurez religiosa
(hace mucho esperado) en que es posible para alguien permanecer perfectamente
fiel a un compromiso monástico cristiano y occidental y aprender en profundidad
de, digamos, una disciplina o experiencia budista o hindu. Yo creo que algunos
de nosotros necesitamos hacer eso para mejorar la calidad de nuestra propia
vida monástica...”.
Pierre de Béthune: “Creo que esta es la experiencia del diálogo intrareligioso: desnudarse,
sumergirse en el Río sagrado del hinduismo, rezar ante la Fuente de donde manan
todas las gracias espirituales. No me cansé de mirar con simpatía, de admirar y
de tratar de comprender, cuando acepté, en nombre de mi fe, acoger
totalmente al otro, estar sumergido en otra tradición espiritual. Entonces,
penetrado por su fascinación, ocurrió algo nuevo: Viví una conversión, no un
paso de una religión a otra, sino una nueva comprensión de mi propia tradición
religiosa”.
El poeta místico musulmán Yalal ad-Din Muhammad Rumí:
¿Qué
puedo hacer, oh musulmanes?, pues no me reconozco a mí mismo.
No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán.
No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar.
No soy de la mina de la Naturaleza, ni de los cielos giratorios.
No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego.
No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad.
No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia.
No soy del reino de Irak, ni del país de Jurasán.
No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno.
No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni de Rizwán.
Mi lugar es el sinlugar, mi señal es la sinseñal.
No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado.
He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno;
Uno busco, Uno conozco, Uno veo, Uno llamo.
Estoy embriagado con la copa del Amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida;
no tengo otra cosa que hacer más que el jolgorio y la jarana”.
No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán.
No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar.
No soy de la mina de la Naturaleza, ni de los cielos giratorios.
No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego.
No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad.
No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia.
No soy del reino de Irak, ni del país de Jurasán.
No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno.
No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni de Rizwán.
Mi lugar es el sinlugar, mi señal es la sinseñal.
No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado.
He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno;
Uno busco, Uno conozco, Uno veo, Uno llamo.
Estoy embriagado con la copa del Amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida;
no tengo otra cosa que hacer más que el jolgorio y la jarana”.
Hugo M. Enomiya-Lasslle, el jesuita
zen.
Christian de Chergé y la comunidad trapense de Tibhirine, icono de la
reconciliación
martes, 19 de julio de 2016
LA HOSPITALIDAD RELIGIOSA
Algunas
sentencias de la hospitalidad sagrada en las distintas tradiciones:
-Taittiriya
Upanishad: “Mira a tu huésped como a Dios
mismo que viene a recibir tus atenciones” (1,11,2).
-Abraham en Manré: “Y alzó sus ojos y miró, y he
aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de
la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y
dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de
tu siervo. Haré que les traigan un poco de agua para que
ustedes se laven los pies, y luego podrán descansar bajo el árbol. Ya
que han pasado por donde está su servidor, déjenme traerles algo de comer para
que se sientan mejor antes de seguir su camino. Y ellos dijeron: Haz así como
has dicho. Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a
Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz
panes cocidos debajo del rescoldo. Y corrió Abraham a las
vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio
prisa a prepararlo. Tomó también mantequilla y leche, y
el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con
ellos debajo del árbol, y comieron”.
“Por la fe y la hospitalidad le fue concedido un hijo a Abraham” (1 cor
10,7) No solo por la fe sino también por la hospitalidad.
-Un
relato del siglo IV: “El padre Apolo vino
a nuestro encuentro. Cuando nos vio se postró en tierra el primero. Después una
vez levantado, nos abrazó, nos hizo entrar, y tras rezar por nosotros y
lavarnos los pies con sus propias manos nos invitó a comer… Tenía la costumbre
de decir “Hay que honrar a los hermanos que vienen” En efecto, porque no es a
ellos sino a Dios a quien has reverenciado. Has visto a tu hermano, dice la
Escritura, has visto al Señor tu Dios.
-Salmo
de Tukarám: Oras a tu Dios
cuando
un hermano llama a tu puerta:
si
lo ignoras, tu oración es impiedad […]
¡Cierras
tu casa al huésped inesperado
y
ofreces comida ritual a tu Dios!
Si
distingues entre el huésped y tu Dios,
dice
Tuka,
tu
liturgia es un salivazo.
La
hospitalidad es el corazón del Evangelio.
-Nos propone
como modelo a un samaritano, un herético.
-Quebranta
la prohibición del contacto con los leprosos.
-Alaba
la fe del centurión romano y la mujer sirio-fenicia, dos paganos.
-Nos
propone amar a los enemigos.
-Cuando
envía a los apóstoles a anunciar el Reino les pide que se presenten despojados
y necesitados de acogida, que no lleven ni oro, ni plata… No lo hace por
ascesis sino para que tengan que pedir ayuda, depender de sus hospederos.
-Les
ordena ser buenos huéspedes, entrar en la casa y permanece en ella y comer y
beber lo que les den.
-Pedro
entrando en la casa de Cornelio dice: “Vosotros
sabéis que está prohibido a un judío juntarse o acercarse a un extranjero, sin
embargo Dios me ha hecho ver que a ningún hombre se le puede considerar profano
o impuro” Hcho 10,25-28.
-San
Pablo escribe: “Acogeos benignamente unos
a otros, como Cristo os acogió a vosotros para gloria de Dios” (Rom 15,7).
-Cuando
reconocemos a Dios en el que acogemos, descubrimos que nosotros mismos somos
acogidos por Dios.
-Los
cristianos estamos llamados a acoger a todos los hombres, como lo hizo Cristo,
y así podemos encontrar mejor a nuestro Señor. Somos fundamentalmente capaces
de recibir a Dios y que en definitiva, Él es el Huésped que nos recibe.
“Homo hosped”
Si
la hospitalidad es sagrada es porque todo hombre es sagrado. La equivalencia
entre hospitalidad y humanidad es trascendental y se fundamenta en el
reconocimiento de una común pertenencia a la familia humana.
El
día en que el extranjero, precisamente por serlo, se ve revestido de una
dignidad especial en lugar de ser condenado a la execración como en otras especies,
ese día se puede decir que se produjo un cambio en el mundo.
El
día en que el pagano es reconocido como un hermano y revestido por lo mismo de
la dignidad de un compañero de ruta hacia el absoluto, la religión dio un paso
importante.
lunes, 18 de julio de 2016
La hospitalidad religiosa
LA
HOSPITALIDAD RELIGIOSA
Algunos ejemplos de hospitalidad religiosa:
El monje Casiano
relata: “Fuimos a ver a un anciano Abba que nos dio de comer. Estábamos satisfechos
pero nos exhortaba a comer más. Al decirle que ya no podíamos respondió: Esta
es la decimosexta vez que preparo la mesa para hermanos que llegan e,
invitándolos, he comido con todos ellos; y todavía tengo hambre”.
San Benito, en el s. V, exhorta “A todos los
huéspedes que lleguen al monasterio se les acogerá como a Cristo porque él un
día dirá: “Fui forastero y me acogisteis” (RB 53,1).Podemos fijarnos en la
palabra: “todos” ya que parece ser muy importante para San Benito porque
expresa un deseo de ser hospitalario y respetuoso con todas las personas, cuya
religión podía ser muy diferente a la suya.
No se trata sólo de
acoger huéspedes bajo el mismo techo, de compartir con ellos la oración y la
mesa, de intercambiar la vida, ahora se trata además, de acoger otro camino
espiritual, de reconocer que tiende hacia objetivos semejantes y de aceptar una
posible confrontación que profundice la manera de situarnos en el plan de la
salvación de Dios.
Rasgos de la auténtica hospitalidad
religiosa:
-Debemos disponer de una “casa” estable
para recibir.
-Debemos respetar a nuestro huésped por lo
que es, otro, y no querer hacerlo nuestro.
-Debemos acordarnos de que el huésped es
también un mensajero de Dios, y preguntarnos qué nos dice de su parte.
-Es muy importante la igualdad entre los participantes. [Por ejemplo en el Chado, ceremonia del Té, los participantes se despojan
de las insignias de estatus social y entran por la puerta de la humildad solo
mide 70 centímetros. La igualdad llega a su culmen en la famosa sentencia de
Zenrin: “En torno al fuego ya no hay ni anfitrión ni invitado”. Zenrin:
“Anfitrión e invitado intercambiables; anfitrión e invitado, evidentemente
distintos”].
-Es
preciso un proceso de despojamiento, tanto para el que da como para el que
recibe. “La hospitalidad no consiste,
como habría creído en colmar al invitado de mi generosidad; lo que cuenta no es
dar ni recibir, sino solo estar juntos en la gratuidad. Abandonar todo, recibir
todo. Somos siempre, a la vez, huésped anfitrión que recibe y huésped que
ofrece” (Rykyu).
-Se
aprende a acoger siendo acogidos. “Cuando
uno es acogido, todo puede comenzar” (P. Béthune). Para saber acoger bien
ayuda el haber experimentado su necesidad personalmente. El camino del huésped es
muy exigente, consiste en dejar su territorio, atravesar fronteras y entrar en
el terreno del hospedero y exponerse a lo que él buenamente quiera. Para pedir
hospitalidad no solo es necesario estar necesitado, sino también estimar a los
que se pide ayuda. Abrahán el arquetipo de la hospitalidad lo es también del
peregrino “Amad también vosotros al
extranjero, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto” Dt 10,19. Cuando somos acogidos por el otro, somos
acogidos por el Otro (J. Melloni).
-Debemos
acoger con gratuidad. La hospitalidad es un misterio que se capta mejor
cuando eres inmerecidamente acogido. Para ser hospitalario hay que comenzar por
experimentar la pobreza, arriesgarse a no ser acogido.
-Debemos
compartir lo que tenemos, ni más ni menos. Tenemos el ejemplo de la viuda
del templo, los pobres dan lo que tienen y dan mucho.
-Debemos
tener esperanza. P.
Christian de Chergé manifiesta que la esperanza es la primera
característica de la acogida. No participamos solo por bondad sino por
esperanza, esperamos una aportación espiritual especial del otro.
domingo, 17 de julio de 2016
frutos del diálogo intra-religioso
Algunos frutos del
diálogo intra-religioso.
-Vivido
con humildad, el diálogo intra-religioso nos lleva a una profundización de la
propia fe. Nos hace repensar nuestra fe.
Este nuevo paradigma interreligioso interpela de modo especial a los teólogos para que revisen todo el pensamiento anterior.
-Nos
invita a una renovación en la manera en que vivimos los ritos y de la forma en que
exponemos el mensaje esencial de cada tradición.
-Nos
obliga a volver a comenzar siempre. Nos enseña que quizás una práctica
coherente es más importante que una profesión de fe correcta (Un Roshi decía veo tu fe en tu forma de
respirar. La fe no solo consiste en una gran convicción, es una actitud de
confianza total que traspasa toda nuestra persona).
-Nos
conduce a la contemplación: nos invita a redescubrir a los místicos, nos anima a emprender
una oración que vaya más allá de palabras y conceptos, nos abre a la dimensión
del misterio, a la importancia de lo no discursivo y del silencio, nos muestra
la tradición apofática.
-Pone
en manifiesto la
relatividad de las palabras que utilizamos para expresar la propia experiencia
espiritual.
-Nos conduce a
una oración vivida conjuntamente.
-El
contacto con otras
tradiciones, en especial con las orientales, nos invita a descubrir o a redescubrir nuestro cuerpo
como lugar de espiritualidad, a potenciar una antropología que enfatice el papel
del cuerpo en el camino espiritual y una conexión más respetuosa y justa con la
naturaleza.
-Nos
permite superar una
visión de las Iglesias demasiado institucional y centrada en sí misma, que nos
puede separar de las verdaderas interpelaciones del mundo actual en su
diversidad.
-Nos invita a reconocer la acción del
Espíritu más allá de la Iglesias.
-Pone
en marcha un proceso de despojamiento, de transformación y finalmente de
unificación cuando llegamos al corazón de la propia tradición.
-Nos
ayuda a acoger nuestras fragilidades, lo cual, al mismo tiempo, refuerza la
humildad.
-Nos ayuda a conocernos mejor, ya que es
ante la mirada de los demás como podemos encontrarnos.
Pedro Álvarez Tejerina
miércoles, 13 de julio de 2016
Queremos presentarles el libro: “El Camino del corazón” -10 días en un
monasterio-, que la editorial CCS ha publicado en su colección Shalóm, y
cuyos autores son: Ernestina Álvarez Tejerina, monja benedictina de Santa María
de Carbajal, y su hermano, Pedro. Es su décimo libro.
El texto quiere ser una ayuda para los buscadores que se acercan a los
monasterios atraídos por la música callada de sus moradores. A los largo de
diez días, diez capítulos, se esbozan pinceladas de lo que es la vida cotidiana
en un cenobio benedictino, para proporcionar pistas a los huéspedes de lo que
están o pueden llegar a vivir.
Tenemos la suerte de contar en el relato con una doble visión, la del huésped
que acude, quizás por primera vez a una hospedería monástica, y la del monje que
le acoge y dialoga ampliamente con él.
El protagonista del libro se siente saturado de conceptos, palabras,
pensamientos…, quiere parar, empezare a quitar, pero ¿cómo?, ¿dónde? Toma la
valiente decisión de ir unos días a un monasterio.
—¿Puedo pasar unos días en la hospedería? – pregunta.
—Por supuesto… -contesta el monje. Nuestra misión es la acogida a los huéspedes
como si fueran Cristo peregrino.
Para muchos será difícil entender esta aventura. ¿Qué vas a hacer allí tú solo?
¿Tan mal te encuentras? ¿No sería mejor que fueras a la playa, un SPA, o a un
macro concierto…?
Lo que sucede al seguir la jornada monástica durante unos días es difícil de
explicar, hay que vivirlo. No obstante, los autores quieren anticipar algún
olor, color, sabor, de ella. Una advertencia, es una experiencia paradójica: se
asciende bajando, menos es más y la meta es la simplicidad.
Durante la estancia se puede pasar por diferentes estados, se suele llegar
estresado, angustiado, y se termina, experimentando cierta unificación en torno
al ser. Las vivencias más frecuentes y por las que los autores ayudan a
transitar son muy variadas: la lectio divina y la liturgia, otras formas de
conocer además de la racional, la meditación y la contemplación, la importancia
de la atención, la consciencia, otras dimensiones del tiempo, el trabajo, la
energía, la trasformación integral de la persona...
La estancia temporal en los monasterios tendría que ser más frecuente en la
vida de los cristianos. Monjes y laicos juntos bajo la sombra de protección de
la espiritualidad benedictina, viviendo el “arquetipo monástico”, la búsqueda
de lo esencial y la simplicidad, que todo ser humano poseemos.
La Iglesia declara que la experiencia monástica es puente para el encuentro de
las religiones. En la medida en que nuestra búsqueda es más radical, es más
sencillo el compartir experiencias con los auténticos buscadores de las otras
tradiciones. Por ello los autores han introducido textos y experiencias de
grandes santos de otras religiones. “Tanto más lejos podemos llegar cuanto
más honda sea nuestra experiencia de Dios”.
Ernestina Álvarez, monja
benedictina del monasterio de Santa María de Carbajal de León, es doctora en
Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid y licenciada en
Ciencias Religiosas por la Universidad Pontificia de Salamanca.
Pedro Álvarez, licenciado
en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid, desarrolla su actividad
profesional como funcionario.
Ambos son miembros de la Comisión
Ibérica del Diálogo Interreligioso Monástico (DIM) que agrupa a creyentes de
diversas confesiones y tradiciones religiosas, y presta especial atención a los
diferentes modos de vida monástica y contemplativa.
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