CRÓNICA “EL ENCUENTRO
INTERRELIGIOSO A TRAVÉS DE LOS MÍSTICO”: ALAL AD-DIN MUHAMMAD -RUMI-
El domingo, 24 de marzo, a las 11 de la
mañana, en la sede Bahá´í en Madrid, nos reunimos unos noventa amigos del
diálogo interreligioso como respuesta a la convocatoria del Foro de Encuentro
Interreligioso, dentro de su programa: “Los místicos y el diálogo
interreligioso”. En esta ocasión para acercarnos al místico sufí Rumi.
Comenzamos la jornada con unas breves palabras
de los anfitriones bahá´ís dando la bienvenida a todos los asistentes, muchos
de ellos venidos desde distantes puntos geográficos. A continuación, nos sumergimos
en unos minutos de oración acunados por el canto de unos fieles bahá´ís.
El núcleo de la jornada es acercarnos a la
experiencia religiosa del gran místico sufí, conocido como Rumi; misión encomendada
a Rafa Millán y Mardia Herreros, de la tariqa Naqshbandi.
Rafa Millán empieza la ponencia exponiendo
las evocaciones que la enseñanza de Rumi le produce en su manera de vivir el
hecho religioso, sobre todo en relación con la coexistencia de diferentes
tradiciones religiosas.
A continuación, Mardia nos introduce en la
enseñanza de Rumi y empezando por su muerte, su verdadero vivir, nos guía por
su vida. En el fondo, parece como si Rumi fuera abrasado por un fuego de amor
que consume cualquier diferencia o separación entre las cosas y personas.
Un vivo coloquio entre los
asistentes cierra la ponencia y nos encamina hacia unos minutos de descanso, tomar
algo, estirar las piernas y seguir comentando las impresiones del día.
La tercera parte de la jornada es la
celebración interreligiosa que conducen los miembros del DIM (Diálogo
Interreligioso Monástico). La celebración empieza con unas palabras de Fray
José Luis Navarro invitando al recogimiento mediante el silencio.
Las notas del laúd y la flauta Nei
de dos músicos turcos que nos acompañan hacen de puente entre el aquí ahora y
el allí. Después de algunas interpretaciones musicales, el derviche giróvago
madrileño Agustín comienza su oración girando y rezando por todos. Es un
momento de gran silencio y contemplación.
Una vez concluye la danza, y sin romper el
clímax creado, los monjes del DIM invitan a la asamblea a cantar todos juntos
el canon: “Nada de turbe, nada te espante, quien a Dios tiene, nada le falta…”.
Repetimos las mismas estrofas durante unos minutos, a la manera de una lenta
letanía meditativa.
Para terminar Fray José Luis nos invita
a tener un gesto de respeto y fraternidad con los asistentes, en particular con
el que se encuentra a la derecha y a la izquierda de cada uno. Concluimos con
un espontáneo, caluroso y alegre abrazo fraterno entre todos y, cómo no, con la
foto de familia.
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