La Revista Civiltá Cattolica ha publicado este 4 de abril una entrevista de su director, padre Antonio Spadaro s.j., al Patriarca Ecuménico Bartolomé I.
En la conversación emergen grandes temas como el deseo de acercamiento respecto al pasado entre cristianos de Oriente y Occidente, aún más considerando asuntos urgentes para el mundo como el fundamentalismo, las injusticias sociales, la inmigración, el cambio climático, entre otros.
Igualmente cuando se trata el tema de la Sinodalidad y la Comunión, el Patriarca ha declarado: “Y precisamente, es en este punto en el cual verdaderamente sentimos que nuestro hermanoFrancisco ha demostrado un liderazgo extraordinario”.
Desde hace casi un milenio la unidad de los cristianos es un sueño incumplido debido a complejas diferencias teológicas y sacramentales. Bartolomé I sostiene que el diálogo está en acto, pero admite que “requerirá mucho tiempo e intenso trabajo”.
Aun así, sostiene que con el Papa Francisco hay “mucho que podemos hacer” para “responder a las necesidades cruciales de nuestro mundo: el sufrimiento y el hambre que afligen cada vez más nuestra sociedad; la diferencia injustificada entre ricos y pobres, así como la crisis urgente causada por el cambio climático”.
Dejando a través las discusiones teológicas y doctrinales, entretanto, declaró que el trabajo común entre las Iglesias de Oriente y Occidente puede ayudar a aliviar “el sufrimiento de hoy de las personas, en cada ángulo del planeta”.
Sobre la fe mal interpretada hizo hincapié en “el abuso de la religión para objetivos políticos y seculares, la dificultad de los cristianos en todo el mundo, y sobre todo en las zonas en las cuales la Iglesia cristiana ha nacido y crecido (Tierra Santa), independientemente de la identidad confesional, las injusticias” hacía los más débiles y la “crisis ecológica alarmante que amenaza la integridad y la sobrevivencia misma de la creación de Dios”.
De hecho, Bartolomé I ha tenido un intercambio con Papa Francisco sobre el tema de la acción común sobre el cuidado del planeta. En la preparación de su próxima encíclica sobre la ecología que podría estar lista para junio o julio de este año, Francisco ha leído y traído enseñanzas de los documentos del Patriarca sobre el tema.
Padre Spadaro preguntó al Patriarca sobre cuál es el aporte que la Iglesia Ortodoxa puede dar al mundo de hoy. “La Iglesia Ortodoxa – responde el Patriarca – puede ofrecer la fuerza de la fe original, así como existía en los primeros diez siglos de nuestro camino histórico común con el occidente. Por lo tanto, aquello que la Iglesia ha sido llamada a ofrecer es la sencillez y la autenticidad de la fe cristiana”.
En este sentido, indica que el Occidente necesita de un cambio de mentalidad para que abandone “un estilo de vida de consumo excesivo y de avidez sin freno, que inevitablemente conduce a la injusticia social y a la desigualdad”. Así remarcó el mensaje esencial de la Iglesia ortodoxa al mundo contemporáneo: el cristianismo de los orígenes y de lo esencial.
El sínodo que celebrarán las Iglesias orientales de 2016 en Estambul “será también un elemento fundamental para el desarrollo y la presencia de la Iglesia ortodoxa en el mundo contemporáneo”, así como una respuesta “unitaria” a los desafíos modernos, tales como el diálogo ecuménico, indicó.
En una autocritica al mundo ortodoxo, el Patriarca asimismo observa que existe una presencia de “un elemento conservador en muchas Iglesias y ambientes ortodoxos, que reacciona a los desafíos contemporáneos de nuestra época" de manera cerrada demostrando "una existencia sofocante y excluyente”.
El diálogo entre el Papa Francisco y Bartolomé es concreto y caben mencionar aquí las imágenes en mundo visión del 29 de noviembre de 2014 en la Iglesia Patriarcal de San Jorge en el Fanar, el barrio ortodoxo de Estambul.
En esa ocasión, millones de cristianos se conmovieron cuando elPapa Francisco pidió humildemente al Patriarca su bendición. Con la cabeza postrada, el Sucesor de Pedro recibió también un besó en la cabeza del Sucesor de Andrés. Una imagen histórica del viaje apostólico del Pontífice en Turquía y un hito sin precedentes en el diálogo ecuménico.
En la conversación emergen grandes temas como el deseo de acercamiento respecto al pasado entre cristianos de Oriente y Occidente, aún más considerando asuntos urgentes para el mundo como el fundamentalismo, las injusticias sociales, la inmigración, el cambio climático, entre otros.
Igualmente cuando se trata el tema de la Sinodalidad y la Comunión, el Patriarca ha declarado: “Y precisamente, es en este punto en el cual verdaderamente sentimos que nuestro hermanoFrancisco ha demostrado un liderazgo extraordinario”.
Desde hace casi un milenio la unidad de los cristianos es un sueño incumplido debido a complejas diferencias teológicas y sacramentales. Bartolomé I sostiene que el diálogo está en acto, pero admite que “requerirá mucho tiempo e intenso trabajo”.
Aun así, sostiene que con el Papa Francisco hay “mucho que podemos hacer” para “responder a las necesidades cruciales de nuestro mundo: el sufrimiento y el hambre que afligen cada vez más nuestra sociedad; la diferencia injustificada entre ricos y pobres, así como la crisis urgente causada por el cambio climático”.
Dejando a través las discusiones teológicas y doctrinales, entretanto, declaró que el trabajo común entre las Iglesias de Oriente y Occidente puede ayudar a aliviar “el sufrimiento de hoy de las personas, en cada ángulo del planeta”.
Sobre la fe mal interpretada hizo hincapié en “el abuso de la religión para objetivos políticos y seculares, la dificultad de los cristianos en todo el mundo, y sobre todo en las zonas en las cuales la Iglesia cristiana ha nacido y crecido (Tierra Santa), independientemente de la identidad confesional, las injusticias” hacía los más débiles y la “crisis ecológica alarmante que amenaza la integridad y la sobrevivencia misma de la creación de Dios”.
De hecho, Bartolomé I ha tenido un intercambio con Papa Francisco sobre el tema de la acción común sobre el cuidado del planeta. En la preparación de su próxima encíclica sobre la ecología que podría estar lista para junio o julio de este año, Francisco ha leído y traído enseñanzas de los documentos del Patriarca sobre el tema.
Padre Spadaro preguntó al Patriarca sobre cuál es el aporte que la Iglesia Ortodoxa puede dar al mundo de hoy. “La Iglesia Ortodoxa – responde el Patriarca – puede ofrecer la fuerza de la fe original, así como existía en los primeros diez siglos de nuestro camino histórico común con el occidente. Por lo tanto, aquello que la Iglesia ha sido llamada a ofrecer es la sencillez y la autenticidad de la fe cristiana”.
En este sentido, indica que el Occidente necesita de un cambio de mentalidad para que abandone “un estilo de vida de consumo excesivo y de avidez sin freno, que inevitablemente conduce a la injusticia social y a la desigualdad”. Así remarcó el mensaje esencial de la Iglesia ortodoxa al mundo contemporáneo: el cristianismo de los orígenes y de lo esencial.
El sínodo que celebrarán las Iglesias orientales de 2016 en Estambul “será también un elemento fundamental para el desarrollo y la presencia de la Iglesia ortodoxa en el mundo contemporáneo”, así como una respuesta “unitaria” a los desafíos modernos, tales como el diálogo ecuménico, indicó.
En una autocritica al mundo ortodoxo, el Patriarca asimismo observa que existe una presencia de “un elemento conservador en muchas Iglesias y ambientes ortodoxos, que reacciona a los desafíos contemporáneos de nuestra época" de manera cerrada demostrando "una existencia sofocante y excluyente”.
El diálogo entre el Papa Francisco y Bartolomé es concreto y caben mencionar aquí las imágenes en mundo visión del 29 de noviembre de 2014 en la Iglesia Patriarcal de San Jorge en el Fanar, el barrio ortodoxo de Estambul.
En esa ocasión, millones de cristianos se conmovieron cuando elPapa Francisco pidió humildemente al Patriarca su bendición. Con la cabeza postrada, el Sucesor de Pedro recibió también un besó en la cabeza del Sucesor de Andrés. Una imagen histórica del viaje apostólico del Pontífice en Turquía y un hito sin precedentes en el diálogo ecuménico.
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