viernes, 22 de julio de 2016

Conclusiones


Conclusión

         Cuanto más profunda es la experiencia de Dios más libre nos encontramos para traspasar los recintos que nosotros mismos nos hemos construido (J. Melloni).

         Todos los avances conseguidos en el “macrocosmos” del diálogo interreligioso se arruinarían si no pudiéramos realizar un verdadero encuentro en profundidad, intra-religioso, donde todos los creyentes nos supiéramos superados por el misterio. Todas las religiones están llamadas hoy a encontrarse en el nivel más esencial, como de hecho fue posible en Asís, en 1986.


          [Siguiendo a Adolphe Gesché podemos decir a los cristianos: «No es bueno para el cristiano estar solo». ¡No son las otras religiones las que van a salvar la Iglesia! La actitud de acogida es decisiva para que sobreviva. «Fuera de la Iglesia no hay salvación». Yo diría hoy mejor: «Fuera del diálogo no hay salvación para la Iglesia». Por otra parte, este diálogo no se entabla solamente con las otras religiones, se vive con la humanidad y con todos los que creen, con todos estos “signos de los tiempos”, como decía Juan XXIII]. 

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