Boletín
Comunidad Ecuménica Horeb
Carlos de Foucauld
Nº 53
ENERO 2014
1. La esclavitud de seres humanos
humilla a Dios
2. Estamos
juntos en el martirio
3. El tiempo para encontrar soluciones
globales se está agotando
4. Gastar en
armas nucleares dilapida la riqueza de las naciones
1. La esclavitud de seres humanos humilla a Dios
Papa Francisco acoge en el Vaticano a líderes
religiosos del mundo para firmar declaración conjunta contra la esclavitud y el
tráfico de seres humanos
El Vaticano acogió este martes 2 de diciembre la
reunión del Papa Francisco y otros líderes de diferentes religiones para
erradicar las formas de esclavitud moderna antes del año 2020.
“Por primera vez en la historia, líderes católicos
cristianos, anglicanos y ortodoxos, así como budistas, hindúes, judíos y
musulmanes, se comprometen a combatir conjuntamente la esclavitud”, aseguró el
padre Federico Lombardi presentando el evento en la Casina Pío V, sede de la
Academia Pontificia de las Ciencias del Vaticano.
El Papa Francisco en su alocución aseguró que la
esclavitud “humilla a de cada ser humano” porque va contra Dios. “Cada ser
humano es amor y tiene una dignidad”, recordó. El Pontífice declaró que el “ser
humano es libre” y hecho a semejanza de Dios. Por lo tanto, quitar la libertad
a una persona es negar la libertad que proviene de Dios mismo.
"Cada una, y todas las personas, son iguales y se
les debe reconocer la misma libertad y la misma dignidad -afirmó Francisco-.
Cualquier relación discriminante que no respete la convicción fundamental que
el otro es como uno mismo constituye un delito, y tantas veces un delito
aberrante".
Las víctimas son de todas las condiciones; el Pontífice recordó que es un mal que ataca a los más vulnerables: los pobres, las mujeres, los niños y los necesitados.
El Pontífice dijo que la trata de seres humanos es un “crimen de lesa humanidad” que se “agrava cada día más”. En este sentido, señaló como un mal para la humanidad las formas de esclavitud moderna: el trabajo forzado, la venta de órganos, la prostitución, la venta de niños y las mutilaciones, entre otras.
Así exhortó a todos los líderes religiosos, políticos e institucionales a acabar con todas las formas de esclavitud. El Obispo de Roma pidió alzar los estándares de ética y de valores de las sociedades del mundo, “convertirnos en el prójimo de los otros”.
Las víctimas son de todas las condiciones; el Pontífice recordó que es un mal que ataca a los más vulnerables: los pobres, las mujeres, los niños y los necesitados.
El Pontífice dijo que la trata de seres humanos es un “crimen de lesa humanidad” que se “agrava cada día más”. En este sentido, señaló como un mal para la humanidad las formas de esclavitud moderna: el trabajo forzado, la venta de órganos, la prostitución, la venta de niños y las mutilaciones, entre otras.
Así exhortó a todos los líderes religiosos, políticos e institucionales a acabar con todas las formas de esclavitud. El Obispo de Roma pidió alzar los estándares de ética y de valores de las sociedades del mundo, “convertirnos en el prójimo de los otros”.
El Papa recordó a las víctimas de la trata de seres
humanos como hijos de Dios que necesitan de la misericordia de sus
semejantes.
“Gracias por este compromiso transversal que nos
compromete a todos”, dijo dirigiéndose a los líderes religiosos que firmaron
después la declaración conjunta. “Todos somos imagen de Dios” y no podemos
permitir que “la trata dañe la imagen del Dios vivo”, concluyó.
El discurso del Papa coincide con la celebración de la
Jornada Internacional de la abolición de la esclavitud por parte de la ONU. El
2 de diciembre de 1949 es la fecha en la cual la Asamblea de las Naciones
Unidos aprobó la Convención sobre la supresión del tráfico de personas y la
explotación de la prostitución de los otros.
La firma del acuerdo entre los líderes religiosos en
el Vaticano del 2 de diciembre forma parte de un camino comenzado, posterior a
otro acuerdo firmado el 17 de marzo 2014, instituido entre el Vaticano,
la Global Freedom Network (GFN), el Palacio Lambeth, la
Mezquita de al-Azhar y la Walk Free Foundation.
Por otro lado, el Papa Francisco anunciará el próximo domingo durante el Ángelus la convocatoria de una jornada de oración por la esclavitud para el próximo 8 de febrero, día de santa Giuseppina Bakhita (1869-1947), religiosa sudanesa hecha esclava por mercantes árabes.
Por otro lado, el Papa Francisco anunciará el próximo domingo durante el Ángelus la convocatoria de una jornada de oración por la esclavitud para el próximo 8 de febrero, día de santa Giuseppina Bakhita (1869-1947), religiosa sudanesa hecha esclava por mercantes árabes.
Los signatarios del acuerdo son:
Religión católica: Papa Francisco
Religión hindú: Su Santidad Mata Amritanandamayi
(Amma)
Religión budista: Maestro Zen Thích Nhất Hạnh (Thay)
(representado por la Venerable Bhikkhuni Thích Nu Chân Không)
Religión budista: El Muy Venerable Datuk K Sri
Dhammaratana, líder budista de Malasia
Religión judía: Rabino Dr. Abraham Skorka
Religión judía: Rabino Dr. David Rosen
Religión ortodoxa: Su Santidad Patriarca Ecuménico
Bartolomeo (representado por Su Eminencia Emmanuel, metropolitano de Francia)
ARY WALDIR RAMOS DÍAZ ©
ServizioFotograficoOR/CPP
2. Estamos juntos en el martirio
(José M. Vidal/Agencias).-
Tras la comunión en la oración y en la liturgia, los dos Primados, Francisco y Bartolomé, quisieron escenificar un paso
más hacia la plena unidad con la firma de una solemne declaración conjunta, en
la que se comprometen a la unidad y condenan la violencia en el mundo, al
tiempo que piden la paz en Ucrania y que no desaparezcan los cristianos en
Oriente Medio.
Después de la Divina Liturgia el Papa Francisco y el Patriarca Bartolomé I se
asomaron al balcón del Patriarcado Ecuménico y bendijeron a los fieles reunidos
en la calle. Francisco impartió la bendición en latín y Bartolomé I en griego.
A continuación subieron al Salón del Trono donde firmaron la siguiente
Declaración común
Texto íntegro de la declaración conjunta
'Nosotros, el Papa Francisco y el
Patriarca Ecuménico Bartolomé I, expresamos nuestra profunda gratitud a Dios
por el don de este nuevo encuentro que, en presencia de los miembros del Santo
Sínodo, del clero y de los fieles del Patriarcado Ecuménico, nos permite
celebrar juntos la fiesta de san Andrés, el primer llamado y hermano del
Apóstol Pedro. Nuestro recuerdo de los Apóstoles, que proclamaron la buena
nueva del Evangelio al mundo mediante su predicación y el testimonio del
martirio, refuerza en nosotros el deseo de seguir caminando juntos, con el fin
de superar, en el amor y en la verdad, los obstáculos que nos dividen.
Durante nuestro encuentro en Jerusalén del
mayo pasado, en el que recordamos el histórico abrazo de nuestros venerados
predecesores, el Papa Pablo VI y el Patriarca Ecuménico Atenágoras, firmamos
una declaración conjunta. Hoy, en la feliz ocasión de este nuevo encuentro
fraterno, deseamos reafirmar juntos nuestras comunes intenciones y
preocupaciones.
Expresamos nuestra resolución sincera y
firme, en obediencia a la voluntad de nuestro Señor Jesucristo, de intensificar
nuestros esfuerzos para promover la plena unidad de todos los cristianos, y
sobre todo entre católicos y ortodoxos. Además, queremos apoyar el diálogo
teológico promovido por la Comisión Mixta Internacional que, instituida hace
exactamente treinta y cinco años por el Patriarca Ecuménico Dimitrios y el Papa
Juan Pablo II aquí, en el Fanar, está actualmente tratando las cuestiones más
difíciles que han marcado la historia de nuestra división, y que requieren un
estudio cuidadoso y detallado. Para ello, aseguramos nuestra ferviente oración
como Pastores de la Iglesia, pidiendo a nuestros fieles que se unan a nosotros
en la común invocación de que ''todos sean uno,... para que el mundo crea''.
Expresamos nuestra preocupación común por
la situación actual en Irak, Siria y todo el Medio Oriente. Estamos unidos en
el deseo de paz y estabilidad, y en la voluntad de promover la resolución de
los conflictos mediante el diálogo y la reconciliación. Si bien reconocemos los
esfuerzos realizados para ofrecer ayuda a la región, hacemos al mismo tiempo un
llamamiento a todos los que tienen responsabilidad en el destino de los pueblos
para que intensifiquen su compromiso con las comunidades que sufren, y puedan,
incluidas las cristianas, permanecer en su tierra nativa. No podemos
resignarnos a un Medio Oriente sin cristianos, que han profesado allí el nombre
de Jesús durante dos mil años. Muchos de nuestros hermanos y hermanas están
siendo perseguidos y se han visto forzados con violencia a dejar sus hogares.
Parece que se haya perdido hasta el valor
de la vida humana, y que la persona humana ya no tenga importancia y pueda ser
sacrificada a otros intereses. Y, por desgracia, todo esto acaece por la
indiferencia de muchos. Como nos recuerda san Pablo: ''Si un miembro sufre,
todos sufren con él; si un miembro es honrado, todos se alegran con él''. Esta
es la ley de la vida cristiana, y en este sentido podemos decir que también hay
un ecumenismo del sufrimiento. Así como la sangre de los mártires ha sido
siempre la semilla de la fuerza y la fecundidad de la Iglesia, así también el
compartir los sufrimientos cotidianos puede ser un instrumento eficaz para la
unidad. La terrible situación de los cristianos y de todos los que están
sufriendo en el Medio Oriente, no sólo requiere nuestra oración constante, sino
también una respuesta adecuada por parte de la comunidad internacional.
Los retos que afronta el mundo en la
situación actual, necesitan la solidaridad de todas las personas de buena
voluntad, por lo que también reconocemos la importancia de promover un diálogo
constructivo con el Islam, basado en el respeto mutuo y la amistad. Inspirado
por valores comunes y fortalecido por auténticos sentimientos fraternos, musulmanes
y cristianos están llamados a trabajar juntos por el amor a la justicia, la paz
y el respeto de la dignidad y los derechos de todas las personas, especialmente
en aquellas regiones en las que un tiempo vivieron durante siglos en
convivencia pacífica, y ahora sufren juntos trágicamente por los horrores de la
guerra. Además, como líderes cristianos, exhortamos a todos los líderes
religiosos a proseguir y reforzar el diálogo interreligioso y de hacer todo lo
posible para construir una cultura de paz y la solidaridad entre las personas y
entre los pueblos. También recordamos a todas las personas que experimentan el
sufrimiento de la guerra. En particular, oramos por la paz en Ucrania, un país
con una antigua tradición cristiana, y hacemos un llamamiento a todas las
partes implicadas a que continúen el camino del diálogo y del respeto al
derecho internacional, con el fin de poner fin al conflicto y permitir a todos
los ucranianos vivir en armonía.
Tenemos presentes a todos los fieles de
nuestras Iglesias en el todo el mundo, a los que saludamos, encomendándoles a
Cristo, nuestro Salvador, para que sean testigos incansables del amor de Dios.
Elevamos nuestra ferviente oración para que el Señor conceda el don de la paz
en el amor y la unidad a toda la familia humana.
''Que el mismo Señor de la paz os conceda
la paz siempre y en todo lugar. El Señor esté con todos vosotros''.
3. El tiempo para encontrar soluciones globales se
está agotando
El papa Francisco
advirtió a los países participantes en la cumbre del Clima que
se está celebrando en Lima que el tiempo para encontrar soluciones al cambio
climático "se está agotando".
Así se lee en el mensaje
que envió al ministro de Medio Ambiente peruano y presidente de esta
conferencia sobre el cambio climático, Manuel Pulga Vidal, y que publicó hoy la
oficina de prensa del Vaticano.
"El tiempo para encontrar soluciones
globales se está agotando. Solamente podremos hallar soluciones adecuadas si actuamos juntos y
concordes. Existe, por tanto, un claro, definitivo e impostergable imperativo
ético de actuar", aseveró el pontífice.
Para Francisco, la lucha contra calentamiento global "será posible únicamente
con una responsable respuesta colectiva, que supere intereses y
comportamientos particulares y se desarrolle libre de presiones políticas y
económicas".
Y agregó que una
respuesta colectiva puede ser también capaz "de superar actitudes de desconfianza y promover una cultura de la
solidaridad, del encuentro y el diálogo y capaz de mostrar la
responsabilidad de proteger el planeta y la familia humana".
En el mensaje, el
pontífice argentino expresó su "cercanía y aliento" a los
participantes y a éstos les recordó que los temas que se están debatiendo
"afectan a toda la humanidad,en particular a los más pobres
y a las generaciones futuras".
"Más aún, se trata
de una grave responsabilidad ética y moral", destacó.
Francisco recordó que es
"significativo que la conferencia se desarrolle en las costas adyacentes a
la corriente marítima de Humboldt, que une en un abrazo simbólico los pueblos
de América, Oceanía y Asia y que cumple un papel determinante en el clima de
todo el planeta".
Según el pontífice,
"las consecuencias de los cambios ambientales, que ya se sienten de
modo dramático en muchos Estados, sobre todo los insulares del
Pacífico, nos recuerdan la gravedad de la incuria y de la inacción".
Francisco concluyó el
mensaje deseando que la Conferencia de Lima, así como en los encuentros
sucesivos, "sean decisivos para las negociaciones sobre el clima".
TEXTO COMPLETO DEL MENSAJE DEL SANTO PADRE
A Su Excelencia el Señor Manuel Pulga
Vidal, Ministro de Medio Ambiente de la República del Perú y Presidente de la
vigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático (Lima, 1 - 12 Diciembre 2014)
Excelencia:
Los primeros 12 días del mes de
diciembre de 2014, la ciudad de Lima y el pueblo del Perú tendrán el honor de
acoger la vigésima Conferencia de las Partes de la Convención marco de las
Naciones Unidas sobre el cambio climático, cuya agenda se propone verificar la
marcha de la aplicación de ese instrumento jurídico, de contenido crucial en el
presente momento histórico. Junto con mis saludos a Usted, Señor Presidente, y
a todos los organizadores y participantes en dicha Conferencia, quiero
enviarles mi cercanía y aliento, para que los trabajos de estos días se lleven
a cabo con espíritu abierto y generoso. Lo que Ustedes van a debatir afecta a
toda la humanidad, en particular a los más pobres y a las generaciones futuras.
Más aún, se trata de una grave responsabilidad ética y moral.
No deja de ser significativo que la
Conferencia se desarrolle en las costas adyacentes a la corriente marítima de
Humboldt, que une en un abrazo simbólico los pueblos de América, Oceanía y Asia
y que cumple un papel determinante en el clima de todo el planeta. Las
consecuencias de los cambios ambientales, que ya se sienten de modo dramático
en muchos estados, sobre todo los insulares del Pacífico, nos recuerdan la
gravedad de la incuria y de la inacción. El tiempo para encontrar soluciones
globales se está agotando. Solamente podremos hallar soluciones adecuadas si
actuamos juntos y concordes. Existe, por tanto, un claro, definitivo e
impostergable imperativo ético de actuar.
La lucha eficaz contra el calentamiento
global será posible únicamente con una responsable respuesta colectiva, que
supere intereses y comportamientos particulares y se desarrolle libre de
presiones políticas y económicas. Una respuesta colectiva que sea también capaz
de superar actitudes de desconfianza y promover una cultura de la solidaridad,
del encuentro y el diálogo; capaz de mostrar la responsabilidad de proteger el
planeta y la familia humana.
Deseo de corazón que en la Conferencia
de Lima, así como en los encuentros sucesivos, que serán decisivos para las
negociaciones sobre el clima, se dé un diálogo impregnado de esta cultura y de
los valores que la sustentan: justicia, respeto y equidad.
Con este mensaje, Señor Presidente y
señores participantes en la Conferencia, formulo mis mejores deseos para que
sus reflexiones e iniciativas sean fructíferas y estén al servicio de todos los
hombres. A la vez que rezo por sus deliberaciones, para que se vean colmadas de
éxitos abundantes, invoco sobre Ustedes y sobre todos los participantes en este
significativo encuentro la Bendición del Altísimo, que pido se extienda a todos
los ciudadanos de los países que Ustedes representan.
Reciba, Señor Presidente, mi más atento
y cordial saludo.
Francisco
4. Gastar en armas nucleares dilapida la riqueza de
las naciones
"La disuasión nuclear y la amenaza de destrucción
mutua ya no es una doctrina justificable"
El Papa pide que "las armas nucleares estén
prohibidas de una vez por todas para beneficio de nuestro planeta"
La paz debe construirse sobre la
justicia, sobre el desarrollo socioeconómico, la libertad, el respeto de los
derechos humanos fundamentales, en la participación de todos en los asuntos
públicos y en la construcción de la confianza entre los pueblos
/>
El papa Francisco ha instado a los países
que poseen armas nucleares a deshacerse de sus arsenales porque
en el mundo moderno "la disuasión" con este tipo de
medios "ya no es una doctrina justificable".
"La disuasión nuclear y la amenaza de
destrucción mutua no pueden ser la base de una ética de la fraternidad y la
convivencia pacífica entre los pueblos y los estados", subrayó el papa en
una carta enviada a la Conferencia de Viena sobre el Impacto
Humanitario de las Armas Nucleares'.
La conferencia, que concluye este martes
en la capital austriaca, girará en torno al impacto humanitario que provocaría
la detonación deuna sola de las más de 16.300 armas nucleares que
existen en el mundo casi 25 años después del fin de la Guerra Fría.
"La juventud de hoy y mañana se
merece mucho más. La paz debe construirse sobre la justicia, el
desarrollo socioeconómico, la libertad, el respeto a los
derechos humanos fundamentales y la construcción de la confianza entre los
pueblos", agregó Francisco en un mensaje dirigido a las delegaciones de
más 150 países que asistieron a la conferencia.
"Estoy convencido de que el deseo de
paz y fraternidad sembrado en lo profundo del corazón humano dará frutos para
garantizar que las armas nucleares estén prohibidas de una
vez por todas para beneficio de nuestro planeta", finalizó el
sumo pontífice.
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